Maradona por siempre: un repaso por el cine y la televisión
La repercusión cultural de la vida del Diez no tiene límites, y así se evidencia al hacer un recuento de su protagonismo en las pantallas.
En diálogo con este multimedio, Mariano Martínez habló sobre los modos de producción, la vanguardia y las canciones de la gloriosa banda que aún sigue vigente.
03/12/2020 - 00:00hs
Fundada en 1987, la banda de punk rock Attaque 77 es un emblema dentro de la escena nacional gracias a hits que aún perduran y son reproducidos por las generaciones más jóvenes.
Entre ellos, puede mencionarse el disco El cielo puede esperar que incluyó hits como Espadas y serpientes como también Donde las águilas se atreven. Este trabajo fue promocionado en dos programas antagónicos como fueron Hacelo por mí conducido por Mario Pergolini y Ritmo de la noche bajo la responsabilidad de Marcelo Tinelli respectivamente. Así, este grupo ingresó a los hogares de la Argentina consagrándose como los preferidos e impregnándose como clásicos del rock.
Otros éxitos fueron No me arrepiento de este amor, una reversión de la obra perteneciente a Gilda, la fallecida cantante tropical. Además elogiaron a través de Western al médico cardiólogo René Favaloro que se quitó la vida en el 2000 tras luchar con la burocracia para solventar su fundación. También trascendieron Setentista, Arrancacorazones y tantos otros.
En la actualidad, los integrantes son Leo De Cecco; Luciano Scaglione y Mariano Gabriel Martínez que fue entrevistado por este multimedio sobre el intenso recorrido realizado en el arte.
Asimismo, presentó el show que darán este sábado, a las 21 en el hipódromo de Palermo cuyos tickets pueden adquirirse en la web allacces.com.ar. Por otra parte, para los interesados en disfrutarlo por streaming tendrán un acceso mediante Hausticket.
—¿Cómo vivís este modelo de transmisión que está dado por el streaming?
—Más allá de la situación que se vive actualmente, es una herramienta muy interesante que quizá fue la única que se tuvo para hacer y ver shows. Este formato tiene fortalezas pues quizá se instale para aquellos interesados que deseen verlo desde la comodidad de su casa.
—Los públicos de diversas generaciones los siguen a sol y a sombra, ¿son receptivos del nuevo material o prefieren los clásicos?
—Los viejos seguidores vienen con sus hijos y me gusta mucho eso. Por ahí, a algunos les gustan las canciones más antiguas pero también nos piden material nuevo. Me sorprendió pero se da esta situación y es muy bueno para moverte, ponerte a trabajar, a grabar y a sacar otras producciones.
—Con tantos hits en el precedente, ¿te gusta innovar o marcar una diferencia?
—Más allá de las canciones que se hacen populares y se vuelven clásicos, uno al momento de componer y hacer música es una experiencia constante de aprendizaje, experimentación que está bueno llevar adelante. Sucede como cuando un fotógrafo saca muchas fotos, una sola está buena y se publica pero lo demás es un ejercicio de búsqueda. Hacer arte es un acto revolucionario en sí mismo, cada vez más lo necesitamos para conectarnos mediante la música. Está bueno pensarlo como una marca, una señal que dejamos para todo lo que venga después. Simplemente quedará en el tiempo y será valorado por generaciones futuras.
—¿De qué manera transitaste este momento inusual de la humanidad donde los artistas debieron suspender sus actividades y abocarse a mostrar sus talentos mediante el universo digital?
—Esta pandemia sirvió para pensar cosas nuevas, reinventarnos desde otros lugares. Comunicarnos con la gente, hacer streaming, componer, explorar nuevos sonidos, estilos, entre otros.
En estos tiempos junto a Valeria Lynch hemos realizado trabajos y descubrimos sonidos para futuros discos. Nos impulsó a todo esto, a no detenernos y seguir en actividad aprovechando el tiempo que antes no tenemos.
—La obra de Attaque 77 superó las expectativas de los hacedores y también de los fanáticos, creció a través del tiempo e hizo que perdurara hasta nuestros días, la masividad te quitó las ganas de hacer música?
—Creo que es como la felicidad, se va y se viene de eso. Un artista no se vuelve masivo ni está toda su vida en el under. El camino de los músicos sube y baja permanentemente entonces llegás a mucha gente, por momentos se pone más tranquilo. No importa demasiado eso, mientras lleguemos nos acerquemos a las personas, para mí es mucho mejor. Es un incentivo para hacer cosas. El grupo es nuestra escuela en muchos aspectos de la vida.