Escuchá "Plan A", el regreso de Paulo Londra
Su última canción había salido en 2019.
En diálogo con este multimedio, la actriz presentó La pipa de la paz, la comedia que protagoniza junto a Sergio Surraco. Además, reflexionó sobre el vasto camino andado.
24/03/2022 - 00:00hs
Actriz y comediante, Betiana Blum se embarca en La pipa de la paz, una obra teatral que protagoniza junto a Sergio Surraco. Se trata de una producción que narra la historia de una madre exigente que exige la vuelta al país a su hijo dado a que reside en New York. Allí se desatará un conflicto que dará para hablar.
En diálogo con este multimedio, la mujer relata los detalles de este proyecto que se presenta este sábado, a las 21, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá, ubicado en 10 entre 46 y 47.
—¿Por qué aceptaste este personaje? ¿Cómo fue que te sedujo tamaña propuesta?
—Tengo una gran admiración por Alicia Muñoz, que es la escritora de esta obra. Creo que esta obra es un clásico, es perfecta, honda y graciosa. La gente festeja parlamento tras parlamento. Lo que sucede en la platea es una maravilla. De verdad que, tener la chance de escuchar las carcajadas del público, siempre es muy lindo. Por sobre todo, en estos momentos, me parece glorioso. En relación al personaje, es complejo, terrible y entrañable. No le falta nada. Por otro lado, el rol del hijo que es interpretado por Sergio Surraco es muy hermoso, como también todas las situaciones. Esta obra es irresistible.
—En estos tiempos tan intensos, ¿creés que la risa sana?
—Creo que en todos los tiempos, porque en el momento en que uno ríe, se descristalizan, se desarman los cristales del cerebro. Es un rato donde el cuerpo festeja, es como una danza en el organismo. El hecho es que cuando termina la función, te reíste más de una hora, se siente una alegría, una liviandad que es impresionante. La risa sana y te corre del ego, de la personalidad. Además, el teatro tiene esta posibilidad para el ego humano. Considero que el humor es fundamental.
—¿Cuáles son las características de tu personaje?
—Felisa es una madre a la que no le falta nada. Tiene una familia con tres hijos, un esposo fuerte que muere. Uno de los chicos se fue a trabajar a Naciones Unidas y las dos chicas hicieron sus vidas con dos matrimonios que luego se irán conociendo en la obra. La adoración son los nietos que tiene.
—¿Y sobre la estructura de la obra?
—En un momento dado toda la estructura se viene abajo entonces busca socorro en su hijo. Voy a spoilear la obra. Sucede que a la madrugada lo llama al hijo que está en Estados Unidos y le dice que venga rápido porque no está bien. Allí le dice: “Si querés volver a ver a tu madre con vida, no tardes”. El muchacho llega y ahí empieza la obra.
—¿Qué destacás de este rol que construiste?
—Creo que los seres humanos tienen todos los sentimientos. Algunos están muy bajos y otros están muy altos y sobre salen. Pongo al servicio del personaje todo lo que soy, todo lo que tengo. Después según las situaciones, voy viendo. Este personaje en primer lugar tiene un peculiar punto de vista. Es muy claro porque tiene una visión que incluye muchas miradas. Ella defiende esta situación y para eso hay que poner de la personalidad en cuanto a lo que defendemos con la vida.