Bo Derek, dueña de un estilo único

Formada como modelo de comerciales y líneas cosméticas, Mary Cathleen Collins tenía 15 años cuando su vida cambió para siempre. Una tarde, mientras disfrutaba de las playas y la vida adolescente, llegó a su casa y atendió una llamada telefónica que la invitaba a filmar una película en Grecia. Al ser una menor de edad, debió primero consultarlo con su mamá para luego emprender el viaje hacia el set de grabación, que sería dirigido por John Derek, un cineasta con éxitos y fracasos en la taquilla, que estaba casado y tenía dos hijos. Así fue como la modelo incipiente dio sus primeros pasos como actriz, aunque fueron bastante difíciles, dado que no tenía formación alguna ni tampoco experiencia como tal, y debió compartir escenas con un elenco integrado por artistas que ya contaban con trayectorias de muchos años.

En el tiempo en que las escenas de la cinta, titulada Fantasies, se suscitaron, las asperezas entre la actriz y el realizador fueron notorias.

Más adelante, sin embargo, la joven y John Derek, quien dejó a su esposa (Linda Evans), iniciaron una relación. Ella apenas tenía 16 años, y para evitar problemas legales la pareja residió por un tiempo en Alemania, aunque la joven debía viajar a su casa natal una vez cada tanto para demostrar que estaba bien. Una vez que la actriz cumplió los 18, se casaron en una ceremonia informal realizada en Las Vegas.

Tiempo después llegó el rodaje de 10, la mujer perfecta, donde ella correría en una playa con un peinado de trencitas, tal como utilizan muchas de las mujeres afroamericanas y que la llevaría a convertirse en un boom erótico durante el éxito de la película. Sucede que además del peinado, la diva iba enfundada en una malla color piel que mostraba sus mejores curvas al ritmo de un trote sensual que la catapultó para siempre.

Además de estas películas, trabajó en Tarzan, donde interpretó a Jane; Bolero, en la que hizo una cabalgata desnuda que le valió cuestionamientos de la crítica especializada. Pero también estuvo en la cinta titulada Los fantasmas no saben hacerlo. Su performance en esta última le valió la nominación a una terna como la peor actriz del siglo.

Fiel a su estilo libre y poco escondedor, Bo Derek asumió el rol de mujer despampanante y protagonizó la tapa de Playboy. Tal fue el éxito que se dio en las ventas que debió participar en otras cinco ediciones. Luego, dejó de trabajar para cuidar a su esposo, que comenzaba a presentar algunos problemas de salud debido a su edad. Es por ello que Bo lo acompañó hasta el momento de su desaparición física. Una vez que enviudó tampoco volvió al ruedo. Hizo su duelo y no trabajó para proyectos, pero realizó breves campañas publicitarias o participaciones para la pantalla chica.

En su momento de mayor tranquilidad, la mujer fue invitada a una cita a ciegas sin saber que se encontraría a un colega con el que empatizaría. Se trataba de John Corbett, reconocido por su trabajo en Sex and the City, entre otras producciones televisivas. El flechazo fue inmediato. Enseguida comenzaron a salir para luego sellar su amor en un casamiento rápido e íntimo. Es más, se mudaron a un rancho en California, donde también vive la hermana de Bo junto a su esposo e hijos.

Por otra parte, la mujer que formó parte de algunos capítulos de CSI. También se dedicó a escribir libros sobre su amor por los animales, en especial por los caballos. Es una amante de las cabalgatas y suele formar parte de actividades proteccionistas.

Alejada del foco mediático que la catalogó como una mujer sensual, Bo envejece con dignidad, no extraña las jornadas de rodaje y está abocada a la vida que eligió. Acepta el curso natural del paso del tiempo para no someterse a cirugías ni intervenir su cuerpo.

Casada y sin hijos, Bo también fundó una productora que ejecuta comerciales sobre la fauna exótica y reúne dinero para poder colaborar con el financiamiento de sus

rescatistas.