“El rock fue reemplazado, como la música para la juventud, por otros estilos”

Durante una entrevista íntima con este medio, Isabel de Sebastián presenta Corazonada, el álbum que lanzó recientemente y contó con la participación de Daniel Melingo.

—¿Cuál es tu visión sobre la escena actual?

—Muestra un enriquecimiento en cuanto a estilos. El fenómeno de “nicho” promovido por internet cambió las reglas del juego. Antes había canciones que entraban dentro de lo que podíamos llamar “una que sepamos todos”, que atravesaban generaciones. Hoy está todo muy segmentado. El rock fue reemplazado, como la música para la juventud, por otros estilos, así que muchos de los músicos de mi generación están trabajando mucho menos.

Pese a la supremacía de estas nuevas músicas (por ejemplo el trap) hay muchos más artistas y estilos que se “cuelan” gracias a las redes, de ahí que siento que hay más riqueza. Hoy estamos sin tocar, sin duda somos parte de una de las industrias y los quehaceres más golpeados por la pandemia. Veo también que hay muchas más mujeres dedicándose a esto. Se han desarrollado otras técnicas, y  las nuevas generaciones traen una capacidad vocal e instrumental notable. De todas maneras, en cuanto a lo identitario y lo expresivo, no se encuentran muchos artistas que hagan una síntesis que atraviese tanto como lo han hecho algunos artistas en otras décadas. Hoy es difícil encontrar un Sandro, una Mercedes, un Charly o un Luis Alberto. 

—¿Qué detalles podés vislumbrar sobre Corazonada?

—Es una síntesis de dónde he llegado musicalmente, y el que más me gusta. Es un disco existencial y vital, donde celebro el amor en varias de sus formas, el que se va, el que llega, el que siempre está. Tiene un mensaje deliberado y profundo que resuena especialmente en pandemia: la vida es un viaje, a veces feroz, a veces maravilloso, pero siempre merece ser celebrada, especialmente, a través del vínculo con el otro, el registro del otro. Sentir y honrar al deseo, el impulso vital, luchar contra lo que lo oprime, hacer lo posible para ejercer un impacto positivo a nuestro alrededor, la importancia del nosotros.

—Participaste sobre los escenarios en la mejor época del rock nacional…

—Puro torbellino creativo. Los músicos interactuábamos todo el tiempo, había una cosa casi maníaca en estar todo el tiempo enchufados a estar juntos. Se habían abierto las compuertas hacia el fin de la dictadura, y salimos al ruedo con un rayo. Estaba muy unida creativamente a Ulises Butrón y a Mariano López, co-productor e ingeniero de sonido. Aprendí mucho al trabajar con Luis Alberto Spinetta y Federico Moura que hacían músicas distintas pero tenían una ética de trabajo y de vida que me interesaban mucho.