La Sociedad de la nieve es la película más nominada en los Platino
El Platino a la Mejor Película Iberoamericana de Ficción premiará al mejor largometraje iberoamericano del año.
El talentoso y popular actor se pone en la piel de un personaje diferente bajo las órdenes de la gran directora Lucía Puenzo.
16/03/2024 - 00:00hs
Los impactados, que llegó a los cines hace unos días, tiene a Germán Palacios como uno de los protagonistas de un relato diferente, apasionante, sombrío, que le exige mostrar un color distinto de lo que estamos acostumbrados. Convocado por el cine de género, Palacios habla en esta entrevista exclusiva con diario Hoy de su presente, la experiencia de volver a trabajar con Puenzo y mucho más.
—¿Cómo fue para vos reencontrarte con Lucía en un set, en este caso de cine?
—Bueno, siempre es una alegría muy grande, como directora y como autora, como cabeza de equipo. Yo he trabajado muchas veces con ellos y para mí, digamos, es que tanto Lucía, como sus hermanos, cada uno en su función, más todo el equipo que hay detrás de ellos, que ya son como una familia. Y cada vez que ellos me convocan para trabajar siento una alegría inmensa porque es un desafío de una cantidad de gente que sé que ama lo que hace y que asume riesgos y que, bueno, los quiero mucho y los respeto. Así que es una experiencia rara porque es como una familia cinematográfica que se reúne.
—En esta historia tan particular de Los impactados…
—La verdad es que yo hacía mucho tiempo que no leía algo tan original, así que eso ya me entusiasmo, tremendamente, me atrajo muchísimo. Y la primera lectura por el universo, el cual desconocido, no por completo, porque cada tanto leía obviamente de los rayos fulminantes y los aleatorios. Ese famoso dicho que no puede ser que de repente te toque esa circunstancia, que le toque a una cantidad de gente, pero no tenía idea de lo que sucedía a partir de sobrevivir a un rayo. Generalmente estaba más en conocimiento de lo que sucedía con la gente que muere por un rayo, así que bueno, me puse a hacer la tarea de empezar a sumergirme en la temática y a investigar. Teníamos poco tiempo porque se decidió hacer la película en un momento con gente que está siempre ocupada. Siempre están trabajando en otro país y así que me llamó y me dijo: nuestra idea era ver si podíamos meter la película en este tiempo, que era un tiempo que no podía moverse y tenía que entrar entre esa fecha, sí o sí. Bueno, eso sumó todavía más adrenalina con los actores, había una psiquiatra también. Y bueno, como hay gente en el trabajo a partir de la primera lectura del guion, es que empezamos a trabajar con Lucía y yo básicamente tenía que trabajar con mi compañera, Mariana di Girolamo, quien merece todo mi respeto, admiración, es una grandísima compañera. Además fue un grupo muy lindo que se armó este y hay una parte importante también de la película al aire libre. Porque somos parte de un grupo de experimentación, que son justamente los embarcados en la naturaleza y que no encuentran en ninguna terapia que tenga que ver con la medicina tradicional y terminan comandados por este médico que en una especie de investigación de experimentación a través de la terapia electroconvulsiva. Como tuvimos contacto con una psiquiatra, que de hecho trabaja con esto, bueno, fue descubrir un poco todo lo que sucede y todos los beneficios que trae este tipo de terapia basada en pequeñas descargas eléctricas controladas. Son personas que de algún modo quedan ligadas a la electricidad de un modo necesario, y fue también descubrir, que llamó la atención, la posibilidad de restablecer los circuitos que quedan compaginados y las personas impactadas por los rayos. Pero toda esta parte médica es como el sustento específico, físico, la parte más interesante de la película es la parte en donde todo esto se poetiza en un relato de una persona.
—A partir de que filmaste la película, cuando se acerca una tormenta, ¿la vivís de otra manera?
—Mirá, tomé mucha conciencia. Yo nunca fui temeroso, pero tomé mucha conciencia porque nosotros familiarmente tenemos una casa en el mar, una casita que es como un barco que está arriba de unas rocas, metida con muchas ventanas. Entonces estoy acostumbrado a vivir tormentas tremendas, se convierte como en un IMAX y veo sobre el agua y la verdad que siempre lo he vivido con mucha naturalidad, obviamente con la adrenalina. Siempre fuimos gente que cuando se pone tormentoso obviamente hemos salido del agua, hemos tomado nuestras precauciones, pero nunca tuve miedo, tampoco es que lo tengo ahora. Pero realmente me abrió como un panorama de decir, bueno, es tan caprichoso en donde caen los rayos. Si estás en un lugar abierto y hay una tormenta eléctrica, verdaderamente siempre entiendo que puede haber cosas que atraen, como que vos tengas metales, cosas en el cuerpo que atraigan. Pero luego no pude contestarme porque también hay gente impactada que les cae un rayo más de una vez, parece muy caprichoso y, sin embargo, es real.
—Últimamente el cine de género te está convocando, si bien Los impactados no es una producción de género, parece, pero otras como Sangre Vurdalak, por ejemplo, ¿te gusta ser parte de producciones de estas características?
—En el caso puntual, vale la pena remarcarlo por el momento que está viviendo el cine a nivel a nacional, para remarcar que Los impactados es un esfuerzo independiente muy grande en primera instancia, de velocidad y familia que asumen como productores para un poco hacer al revés de lo que es la cuestión hoy. Es hacer cine independiente como productores para poner un producto y luego ver de ahí a dónde se puede vender eso para hacerlo sustentable. Es el camino inverso y bueno, lo pueden hacer. Y como dije antes que todo el equipo atrás, que los seguimos, que nos tiramos de cabeza. Pero en realidad lo que está sucediendo, es que ese cine estaba muriendo y cada vez tenemos menos esa posibilidad y menos gente que tenga la posibilidad de asumir eso. Porque están queriendo cerrar el INCAA, el presupuesto para el cine independiente, y celebramos cada vez que alguien tiene la posibilidad de asumir un compromiso así. A mí el cine viajero me gusta mucho, y estoy actualmente abierto lo que nos llegue a pasar. El género me gusta mucho y tuve la oportunidad de hacer películas que podríamos llamar más dentro del género de terror, con suspenso. Estuve experimentando un poco por ese lado, en el caso de esta película de Lucía, yo creo que es una película en un punto casi experimental, con una factura técnica inusitada, pero desde el punto de vista del riesgo que asume es que es casi una película experimental.