Jamie Crawford: “Queremos creer que el mundo ha cambiado”
El realizador de una de las series más vistas online habló sobre la importancia de revisar uno de los femicidios más impactantes de Argentina.
entrevistaEl realizador de una de las series más vistas online habló sobre la importancia de revisar uno de los femicidios más impactantes de Argentina.
05/07/2025 - 00:00hs
Jamie Crawford dirigió la miniserie de Netflix Las mil muertes de Nora Dalmasso, a 19 años del femicidio que revolucionó Río Cuarto y el país. En esta charla exclusiva cuenta detalles de la investigación y la realización.
—¿Qué era lo que vos habías visto en este crimen, como para decir, acá hay una película, hay algo para contar, hay gente que nunca habló, y tenemos que hacer un proyecto por este lado?
—Bueno, primero tengo un vínculo bastante raro, pero increíble, con Río Cuarto, Córdoba, porque pasé, a pesar de ser inglés y vivir al otro lado del mundo, un año entero en Río Cuarto, en e 1996, unos 18 años y un corte de pelo terrible. Y bueno, viví un año ahí, hice muchos amigos, con los cuales me quedé en contacto siempre, hasta el día de hoy, entonces estaba en mi radar a lo largo de los años y he hecho muchos documentales en el tema del true crime, todos los que trabajamos en esto, y obviamente, como que esto siempre continuaba, me sorprendía que no paraba de crecer la historia, de ser más grande, más increíble, más terrible, cada vez peor la experiencia para todos, cada vez más mediático, y siempre quise saber cómo vivir esta experiencia, siendo familia de la víctima, siendo amigo, siendo periodista ahí en Río Cuarto, en los últimos 65 días. Y me interesaba mucho buscar la versión humana de esa experiencia, porque en toda la charla se veía que todos opinaban, ¿no? Muchos, todos opinamos, formamos nuestras historias, entonces yo quería hacer algo.
—Hay algo interesante que vos decís, te querías poner en los zapatos, por ejemplo, de la familia, de la gente cercana, y el paradigma cambió, ¿eso ayudó?
—Bueno, sí, queremos pensar, creer que el mundo ha cambiado, ¿no?, obviamente, y en estos últimos años con el Me Too, con todo eso, como que realmente todos empezamos a reflexionar sobre casos, sobre nuestras vidas, nuestras actitudes, y surgió la oportunidad para investigar eso, después del juicio de Marcelo, escuché que ellos estaban hablando con productores, pensando en la idea de quizás contar lo que ellos vivieron, y por mis amistades me pude conectar con Marcelo y empezamos a hablar de la posibilidad de hacer algo. Obviamente, sin la familia yo no lo hubiera hecho, porque es otra opinión más. Para mí, con todos mis proyectos, siempre mi regla número uno es que quiero que los entrevistados sean las personas que realmente lo vivieron.
—Ahí me decías que era clave para vos, por ejemplo, que esté la familia, ¿fue fácil dialogar con ellos, convencerlos para que estén? Hay gente que le estamos conociendo por primera vez la voz, o por ejemplo la hija que sí conocíamos, pero en otro contexto completamente diferente, cuando fue ahí justamente el femicidio, pero digo, ¿cómo fue un poco esa ida y vuelta con ellos?
—Bueno, fue una conversación larga, hablamos durante un año, un año y medio quizás, con todos, alrededor de la idea para que se la iban procesando, porque imagínate que su manera de protegerse durante todos estos años ha sido la de silencio, que hablaban, las cosas explotan de vuelta, entonces no hablaban, sobre todo Valentina quizás es la que menos hable. Y Valentina también es la que más tardó en decidir participar, lo entiendo porque ha vivido 20 años público, y participar en un documental, sobre todo un documental mundial en Netflix, es exponerse al máximo. Pero bueno, fuimos construyendo una relación de confianza, yo les ofrecía siempre la oportunidad de simplemente contar sus historias, de darles la oportunidad que acaban de reivindicar a Nora, para que la conozcamos como madre, mujer y amiga, y no como... Y eso es lo que querían, y afortunadamente pudimos cumplir con nuestro plan original.
—Vos ya tenés experiencia en el género, ¿cómo es un poco ir adaptándolo a cada país, por ejemplo, que uno trabaja? En este caso a la Argentina, si bien el true crime ahora para nosotros es como bastante familiar, pero es algo reciente, ¿cómo fue un poco trabajar pensando en el público de todo el mundo, pero también en algo local, como en este caso Argentina, Río Cuarto y demás?
—La verdad es que es... cambiás de idioma, pero nada más que eso, porque el género, como decís, es tan familiar a todos, o sea, hay un crimen, hay una investigación, hay periodistas, conocemos todos los mecanismos de estas historias, y para mí es cuestión de cambiar el estilo de entrevistar, las conversaciones que tenemos, el enfoque humano, eso para mí no cambia. Justamente, lo que sí cambia es el estilo creativo, o sea, cuáles son los pinceles que elegís para pintar, ilustrar la historia, y en este caso, afortunadamente, teníamos disponible, teníamos un súper equipo de productoras de archivo en Argentina, que hicieron un trabajo increíble.
—¿Fue difícil eso? Porque en Argentina el tema del archivo es una gran deuda que tenemos nosotros todavía.
—El equipo fue completamente argentino, tanto de archivo como rodaje, y las cuatro que trabajan en esto hicieron un trabajo alucinante, pero afortunadamente tienen mucha experiencia y conocen, canalizan los procesos para conseguir el material, y nos permiten después ir ilustrando cada momento, casi de la entrevista. Facundo nos cuenta del momento que entra a los tribunales, existen noticias. Marcelo nos cuenta del momento que la casa está rodeada de periodistas, existen horas de eso. Pudimos contar algo de forma muy intensiva, y contar las experiencias de cada uno, contar de 360 grados el momento de la historia.