entrevista
Paola Montes de Oca y Miguel Islas revelan detalles de Chespirito: Sin querer queriendo
Los actores son parte de la serie que revisa la vida de Roberto Gómez Bolaños, el creador de éxitos y personajes vigentes hasta hoy en día.
Todas las semanas en Max se estrena un nuevo episodio de Chespirito: Sin querer queriendo, protagonizada por Pablo Cruz y la participación de un gran elenco que incluye a Paola Montes de Oca y Miguel Islas, Chilindrina y Don Ramón, con quienes hablamos en exclusiva.
—¿Sintieron presión a la hora que les dijeron que van a ser estos personajes? ¿Cómo fue un poco ese momento?
—Paola Montes de Oca: Bueno, pues sí, se sintió muchísima presión para mí, este era mi primer proyecto grande, mi primer proyecto con este personaje de este tamaño, y para mí fue un reto actoral muy importante porque, pues claro que tenía miedo a las comparaciones, claro que tenía miedo a no hacerlo bien, a no estar a la altura, tenía mucha presión encima. Pero también creo que parte de ser actores es aprender a soltar todas esas cosas que sólo obstaculizan tu trabajo y empezar a ponerte manos a la obra, a investigar y a escuchar entrevistas y a empezar a crear al personaje de acuerdo con tu intuición y dejando que te guíe también, y a la preparación y todo. Entonces creo que poco a poquito lo fui soltando y así fue como pude irme metiendo poco a poco a encontrar cuál era la esencia de María Antonieta.
—Miguel Islas: Sí, yo también, bueno, yo sentí una presión, todavía la siento, todavía siento el poder y el peso de Ramón Valdés y sobre todo para mucha gente de Don Ramón, pero es que no se parece, sí se parece, pero es que la gorra está más fea o más bonita, o sea, hacer un personaje de esa magnitud de La Chilindrina o de Don Ramón, siempre va a haber comentarios, siempre va a haber gente que compare. Mucha gente se deja ir mucho por el físico, sí se parece, no se parece, tiene que estar más gordo, más flaco, más alto, más... pero bueno, nosotros fuimos escogidos por nuestra capacidad actoral y fuimos escogidos para interpretar un personaje el cual tiene que cumplir un arquetipo de físico y está un departamento de caracterización, de vestuario, que te ayudan en todo esto. Pero hay una cosa que tú tienes que descubrir solo, que es la esencia y el alma del personaje y eso es lo más difícil de lograr. Obviamente es una responsabilidad tremenda, pero también es algo fascinante porque hay mucho material y hay como muchas cosas donde explorar para llegar a estos personajes, que lo único que nosotros queremos es llegar a contar algo en la historia y que esta historia dentro de la vida de Chespirito, estos personajes enriquezcan la vida de Chespirito, que al final el chiste es que le vaya bien a la serie y que todos los personajes estén en tono, en sintonía y creo que aquí se logró perfecto porque todos fuimos conscientes de que estábamos haciendo una actuación, no una imitación. Pero a pesar de todo, la verdad la responsabilidad sí está cabrona y sí te sientes de cada capítulo hablas con todo mundo. ¿Cómo lo viste? ¿Cómo lo viste güey? Dime la verdad, que me veía en la chingada, no te doy yo.
—Debe ser muy muy difícil, yo pude ahí ver una entrevista a Paola, que María Antonieta estaba contenta con lo que habías hecho, vos la tuviste más fácil, Miguel un poco más difícil porque tuvo que ir al archivo, pero díganme ¿qué cosa les sorprendió del personaje que interpretaron, algo que descubrieron en el proceso de investigación para crearlo?
—PMO: Híjole, bueno, muchísimas cosas, pero principalmente yo creía que estaba muy alejada de María Antonieta, pero en realidad me di cuenta que somos muy cercanas, que tenemos muchas cosas en común, me encanta esta chispa que sigue teniendo María Antonieta todavía hasta hoy, me encanta esa alegría, esa felicidad, esa energía que solamente ella tiene, ¿no? y descubrir eso y descubrir que a lo mejor yo podía conectar con ella desde ahí, para mí fue muy especial.
-MI: Para mí con Ramón Valdés fui descubriendo, a pesar de que ya siempre había sido fan, pero como todo mundo, muy fan de don Ramón, pero cuando ya me metí a Ramón Valdés me di cuenta que de lo que más aprendí de ese personaje es que no hay nada más valioso en la vida que ser genuino, auténtico, real, honesto, coherente y que él fue una persona que así murió siendo un actor, siendo un artista, dejando su vida entreteniendo a las personas y eso para mí es el regalo más grande a Ramón Valdés, porque yo lo pienso ser igual y tampoco me falta tanto en cuanto a la edad, pero sí lo admiro mucho, porque yo admiro mucho ahora también con mis compañeros, con mis compañeras, de que todos los que estuvimos en la serie dejamos la vida por hacer estos personajes y lo hubiéramos hecho bajo cualquier circunstancia, ninguno lo hizo por decir yo voy a ser tal personaje, sino que todos realmente somos actores de oficio y de vocación y estos personajes son los personajes de nuestra vida y en eso me identificaba mucho con Ramón, que a pesar de haber llegado al Chavo del Ocho a los 51 años y haber hecho n mil personajes, pues siguió entregándose toda su vida a lo que él creía y a lo que él era como actor.