90-60-90: el amor por las pasarelas
En el marco de un repaso histórico por los ciclos que marcaron una etapa en la televisión argentina, diario Hoy recuerda a la ficción que mostró el lado B del modelaje.
los ' 90El actor, instalado en España, estrena La maldición del guapo, de Beda Docampo Feijóo. Además, espera el próximo lanzamiento de Giro de ases, de Sebastián Tabany.
24/08/2020 - 00:00hs
A comienzos de año Juan Grandinetti decidió instalarse en España para continuar con su carrera actoral. Desde allí dialogó con diario Hoy sobre su protagónico en La maldición del guapo, de Beda Docampo Feijóo, que llega el jueves.
—Acá la película llega por TV, pero en España llegó a los cines. ¿Cómo viviste la avant?
—Hubo una proyección como una especie de preestreno. Acá funcionan las salas de cine, pero es raro como para tomar referencias, números o cifras, es todo nuevo.
—¿Fuiste al cine?
—Fui al estreno, hay un distanciamiento organizado ya desde la venta de entradas, con barbijo durante la proyección, es algo rarísimo, pero por suerte pudo llegar a una sala, y verla en pantalla grande siempre está bueno.
—¿Pudiste empezar a trabajar allí?
—Estaba rodando Competencia oficial y se paró a la mitad, retomaremos el 21 de septiembre. Ahora filmé Contando ovejas de José Corral. Estoy por empezar una serie, contento. Soy consciente del privilegio de poder trabajar con continuidad después de esto, que sacudió a nuestro oficio y al mundo en general.
—¿Te instalaste bien?
—Sí, llegué a principios de febrero, pudimos instalarnos y hacer un hogar en poco tiempo, que en circunstancias normales hubiese sido difícil.
—Se estrena en Argentina la película, con muchas vueltas y un clima de propuesta de estafas clásica, ¿qué trabajo hicieron con Gonzalo de Castro para que parezca tan real todo?
—El guión me llegó de Luis Sartor, lo leí y me encantó. El proceso fue con mucho vértigo pero al llegar a Madrid todo se acomodó de una manera inmediata e increíble. Estaba ansioso por construir el vínculo con Gonzalo. Lo conocí, y empezamos a trabajar rápidamente, con complicidad, manejando el mismo código. Desde el minuto uno fue disfrute de encontrarte con alguien que podés confiar ciegamente. Contar ese vínculo con el padre me pareció superinteresante. La escena final la disfruté mucho, porque coincidió con el final del rodaje. Cada escena con Gonzalo la disfruté mucho.
—La película tiene a la Argentina muy presente, ¿esto ayudó?
—Más allá de la actuación, el sonido se hizo en Argentina. El arte también. Eso ayuda en el sentido que encontrás tal vez más refugio, igual el clima si llegás y no es propicio da lo mismo.
Beda Docampo Feijóo, sobre la elección de Juan Grandinetti
El realizador cuenta a diario Hoy su decisión sobre Grandinetti protagonista.
“No quería que simplemente se cuente el hecho de una estafa, sino la relación de un padre y un hijo. Un padre seductor, simpático, pero impresentable, y el hijo que sabe que es así”, menciona Feijóo.
“Me acordé de otra obra que me invitó Jorge Marrale, Mineros, y ahí había un pibe, a Darío Grandinetti lo conocía, pero no a Juan. Me enteré que era el hijo, le tomé la chapa y al hacer esto me acordé. Le pregunté al coproductor argentino y me dijo que sí, porque era una persona encantadora, y como actor era muy bueno”, concluye.