Ricardo Arjona cantó en el subte y nadie lo reconoció
El cantante contó desde su Instagram que tocó sus hits en el subte de Nueva York pero pasó inadvertido entre los usuarios.
La primera serie argentina rodada durante el confinamiento aporta una propuesta que se nutre del pasado para reinventar en el presente una narrativa potente.
30/08/2021 - 00:00hs
Leonardo Damario dirige su primera serie, Victoria; protagonizada por Cecilia Peckaitis, y con las participaciones de Benjamín Vicuña, Favio Posca, Inés Estévez, Muriel Santa Ana y Flor Torrente, entre otros. En diálogo con Hoy, el realizador contó sobre su propuesta.
—¿Cómo fue desembarcar en el universo “series”?
—Pertenezco a los cineastas que les interesa más la globalidad de la obra autoral y la evolución del pensamiento que los momentos independientes de cada una de mis obras. Esto significa que, para mí, Victoria pertenece a toda una gran “paleta Leo Damario” que aún está en construcción.
—¿Qué tan difícil y complejo fue el rodaje?
—Creo en el arte como respuesta a la pandemia, tal cual dice Almodóvar. Sin el cordón cultural la vida sería insostenible. Algo fabuloso de una productora como Gisela Asmundo es que confía en el talento de las personas que contrata y los deja hacer su trabajo. Es una mujer de palabra y muy despierta, con muy buen gusto para producir arte. Si bien Victoria me dio la posibilidad de trabajar con un puñado de los mis actores favoritos, la pandemia me dejó jugar a Bergman a la hora de convertirme en un director de primerísimos primeros planos. Los actores pasaban muchas jornadas entre los contra planos de los tres actores en escena, y debía conectarme y acompañarlos a conectarse con este todo emocional que se produce en un duelo.
—¿Por qué en Argentina no hay una búsqueda de la particularidad y desde ahí construir ficciones?
—Discuto mucho sobre el modelo de lo que debe ser nuestra voz. Para mí el estreno más interesante del año es Okupas y es una ficción que tiene 20 años. Este hecho está diciendo algo muy significativo.Valoro mucho a Bruno Stagnaro, así como a Luis Ortega y Adrián Caetano. Victoria viene de esa escuela de autores que se ven en una cruzada de serie y no se desdibujan en el derrotero.