Cadáver exquisito marca el debut en la ficción de Lucía Vassallo.
Protagonizada por Sofía Gala y Nieves Villalba, Cadáver exquisito marca el debut en la ficción de Lucía Vassallo, imaginando un universo de pulsiones latentes para contar la historia de Clara (Gala), quien tras encontrar a su novia sin signos vitales en una bañera comenzará a rearmar el pasado de esta. Diario Hoy dialogó en exclusiva con la directora para saber más detalles de una de las más originales e inteligentes propuestas del último cine nacional y que abrió ayer el Mafici Verano.
—¿Cómo surgió la idea de la película?
—Es una idea que tuve hace bastantes años y cuando comencé a escribir con Sebastián Cortés, el coguionista, fue mutando. Al principio eran hermanas, estaba la idea del coma, que no se podía acceder a esa persona y otra comenzaba a meterse en su vida, como reconstruyendo la vida de esa persona que no puede hablar y que no está ni viva ni muerta. Siempre estuvo la idea de la reconstrucción del “cadáver exquisito” de la otra persona, metiéndose también en la vida privada, en la casa, teléfono, computadora, cajones, que no siempre se hace.
—Comienza con una fusión potente entre los dos cuerpos…
—Hay una fusión en todo sentido, una vampirización también, una transformación, como que una termina abduciendo a la otra y la otra se va desintegrando.
—¿Qué tan complicado fue explicarles a las protagonistas la comunión entre los cuerpos?
—Soy amiga de Sofía y había leído las primeras versiones del guion y quería participar de la película, y cuando fue mutando, donde al principio no había una chica albina, por lo fantasmagórico de la condición, pero en un momento se comenzó a complicar encontrar a una actriz de estas características, trabajamos con Mónica Lairana, a quien tratamos de transformarla en albina, pero fue imposible. Ahí debía tomar decisiones que afectarían por completo a la película, pero después apareció Nieves, y nos reíamos de que hasta la piel de Sofía era más blanca que la de Nieves. Ellas comenzaron a conocerse, se fue armando todo meses antes del rodaje. Lorena Vega me ayudó mucho, además de actuar, a coachear a Nieves, que es la primera vez en su vida que pisaba un set.