Con una carrera iniciada en el cine documental, y dos producciones maravillosas como Los perros y El verano de los peces voladores, la directora se afirma en las series internacionales.
Instalada hace un tiempo en París, la realizadora Marcela Said es una de las mentes detrás del último éxito de Netflix, Lupin, con más de 70 millones de visionados, protagonizada por Omar Sy. La directora, quien próximamente volverá a rodar una producción hablada en castellano, dialogó en exclusiva con Diario Hoy para Argentina.
—¿Cómo estás viviendo la repercusión de la serie?
—Muy tranquila (risas), contenta porque no era algo que uno esté esperando necesariamente, estoy muy feliz por todo el equipo.
—Los números que revelaron sobre visionados son increíbles, superando a otras series que venían arrasando…
—Es impresionante, estoy muy sorprendida.
—¿Cómo llegaste al proyecto?
—Había hecho anteriormente Narcos, producida por Gaumont Estados Unidos, y a Narcos llegué por Los perros; y en ese tiempo al showrunner Eric Newman le gustó. Me llamó para hacer dos episodios de Narcos: México, les gustó mi trabajo y entonces Gaumont Francia me contactó para Lupin. Me llamaron, me enviaron el guión, conocí al writer, a Louis Leterrier, que de alguna manera me eligió porque él veía a los directores que continuarían su línea. Tuvimos una charla cinéfila; vi su película Nada es lo que parece debido al personaje, porque Lupin es alguien que se disfraza, que hace trucos. Y vi que había muchos tonos, acción, humor, y me entendí con él rápidamente. Mi rodaje, que fue hace un año, tuvo problemas por la Covid-19. Fue complicado luego, con máscaras, con protocolos, mucho más estresante; porque no es lo mismo filmar como antes, que era puro placer, pero con Covid fue muy estresante.
—Te sumaste al equipo ya establecido, ¿no fue difícil eso?
—No, yo acá no conocía a nadie, y es diferente a un equipo que armás para una película; me pasó en mi primera experiencia en México, llegar, que te digan este es tu equipo, y fue sorprendente, porque la gente es supertalentosa y me di cuenta de que puedo hacer mi trabajo en cualquier parte. De México fui a Madrid a rodar unas escenas y fue lo mismo. Es muy enriquecedor, el equipo trabaja y tú, con tu mirada detrás del monitor, diriges y es lo que cuenta. Y lo mismo en un documental, porque tú también estás detrás de la cámara, no soy la que está detrás del monitor, sino detrás de la cámara, lo hago siempre; cambia el tamaño del equipo, pero el trabajo es el mismo.
“Me gustó filmar en París sin ir a los clichés”
—La serie tiene varias subtramas. Se inspira en el personaje de Maurice Leblanc, el espectador sabe que al protagonista en algún momento lo atraparán, pero hay un gran rompecabezas. ¿Cómo te introdujiste en él?
—Fue bastante fácil, Lupin es como una gran película. Leí los guiones, el 1, el 2, el 3, vi material, lo que estaba haciendo Louis; y sabía más o menos qué tenía que hacer, que esto iba más rápido y que había que mantener la tensión. Todo reposa en las espaldas del actor, es lo que llamamos un character driver story, absolutamente. Mi episodio 4 era más complicado porque no hay flashbacks, es lineal, distinto al resto de los episodios; trabajé con una gran actriz como Anne Benoit. Cuando me preguntan por el éxito, es porque hay un gran equipo detrás: Omar; el escritor, que es inglés; el que adapta; el otro escritor francés; todo eso hace que el resultado sea lo que se ve hoy en día en la pantalla. Me gustó mucho trabajar en equipo, porque cuando tú eres director eres el capitán de un barco y tienes que hacer que funcione.
—Además vos venís del documental…
—Y eso me ha ayudado mucho, porque me gusta impregnar de realidad a las cosas; me gustó filmar en París, yo que vivo en París, sin ir a los clichés, hablando de la calle, de los apartamentos, de otros detalles que están ahí y que puedo elegir y trabajar porque son los que conozco.
—Tal vez el secreto de la serie no tiene que ver con los escenarios, París, sino que habla de personajes luchando por sus ideales y en busca de la verdad…
—Por supuesto, personajes que están del lado de los débiles, en busca de justicia y verdad, que no terminan bien, situados en la clase media de todo el mundo, luchando por muchas cosas, personajes invisibles o con cierta invisibilidad.
—¿Cómo sigue el año de trabajo?
—Estoy terminando el guión de una película para rodar en el sur de Chile. Si allí no se pudiera, podría hacerlo en el sur de Argentina. Está casi lista, habla de cuestiones de poder, de relaciones de parejas y la cacería de un puma. Se llama The hunt of the puma.
El trabajo con Omar Sy, el protagonista del éxito
—¿Cómo trabajaste con los actores de la serie para lograr el verosímil y particularmente con Omar?
—Omar es uno de esos grandes actores que saben lo que hacen, como lo fue Diego Luna. Tiene sus ideas, es una persona muy inteligente; tienes que discutir, cambiar cosas, no es llegar e imponerle nada, creo que a estos actores tú los ayudas a sacar lo mejor que tienen, soy como esa segunda mirada. Fue fácil el trabajo con Omar, es una persona muy generosa, muy profesional, da siempre lo mejor de sí y puede repetir las escenas hasta que sea necesario para que eso esté como tenga que estar.
El gran momento de las realizadoras chilenas en el mundo
—¿Cómo vivís el fenómeno de las series de plataformas con realizadoras chilenas pisando fuerte en la industria? ¿Es como una suerte de revancha?
—No sé si es revancha, no lo llamaría así, pero estoy feliz de poder trabajar para plataformas. Netflix es un gran estudio, que da oportunidades, que genera contenidos locales. Muchos lo vieron como algo malo, pero esto a mí me permite seguir trabajando y financiando mis películas; porque nos cuesta mucho, cuatro a cinco años, y mientras lo haces vives de clases; pero acá es distinto, y es necesario el respaldo para poder hacer mis películas.