Maximiliano González estrenó una película sobre Víctor Heredia

Quiero volverme tiempo, un documental de Maximiliano González sobre Víctor Heredia, ya está en los cines y hablamos con el director para que revele detalles del filme.

—¿Cuáles son tus sensaciones de estrenar en este momento con los conceptos que tiene incluidos la película?

—Mi idea central era continuar trabajando temas que están en la película, pero que son los temas que yo vengo tratando en toda mi carrera. Desde derechos humanos, todo el tema político, social, historia, pueblo originario. Entonces, Víctor tenía todo eso, para mí era fundamental. Lo que yo traté, por lo menos, de construir en la película son distintas capas, no hacer la película de homenaje, sino hacer una película en donde se vinculen, orgánicamente, todas estas cosas.

—Porque, además, él está como sorprendido, dice, homenaje, no quiero…

—Y por eso la película yo la vi desde ese punto de vista. Yo quería hacer una película a futuro, incluso que sea mucho más amplia, porque también es un homenaje a todos esos cantantes populares que han enfrentado las situaciones en nuestra Latinoamérica. O sea, es una película que yo intenté que sea amplia, en donde obviamente lo principal es la historia de Víctor y su recorrido.

Pero que dé la posibilidad de estas distintas capas de construcción de lectura donde están todos los temas que a mí me interesan que, obviamente, están en la obra de Víctor, y que al mismo tiempo sea abarcativa, sea un homenaje a estos distintos actores de la música y a nuestra Latinoamérica. La idea central es esa, es donde creo que se une más con lo que vos decís, que es el momento. Lamentablemente, tenemos que seguir todo el tiempo haciendo estas películas porque, como decía Favio, yo tomo el rol de cineasta como construir memoria, como cantarle a la poesía y al pueblo. Entonces la peli esta de Víctor para mí viene por ahí.

—¿Qué significaba Víctor, su música y su lucha para vos antes de embarcarte en este proyecto?

—Mirá, yo tengo una particularidad en el sentido de que yo soy de Puerto Iguazú y mi formación, mi identidad, está muy ligada a la triple frontera. Yo crecí escuchando a Caetano, a Gilberto, y lo que me llegaba del argentino. O sea, tengo una gran mezcla. Creo que de ahí viene también esta pasión por Latinoamérica y por la patria grande. Y Víctor era uno de esos referentes que nos llegaba en los momentos en los que allá, años ochenta, yo empezaba a elegir. Por ahí uno escuchaba, esto que vos me decías, esas melodías llegaban, pero cuando uno empieza a elegir, cuando le empieza a construir el sentido, cuando uno empieza ya más adolescencia, un poco más grande, a empezar a unir, las cosas empiezan a tener otro valor. Ahí es donde aparece más lo que significaba la poesía de Víctor, sus letras, su lucha, y se empieza a construir un todo.