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Rodada en Uruguay, analiza la historia de una madre, su hija, y cómo las mentiras han construido una fábula imposible de sostener.
28/03/2024 - 00:00hs
Como el mar, de Nicolás Gil Lavedra, con Sofía Gala Castiglione y Zoe Hochbaum, coguionista y productora, es un relato que bucea en vínculos y mentiras. Tras pasar por los festivales de Málaga y Punta del Este, llega a las salas con una pequeña, pero clave, participación de Carmen Maura. Para saber detalles del filme hablamos con Hochbaum y Gil Lavedra.
—¿Cómo surgió la historia de Como el mar?
—Zoe Hochbaum: Sobre la historia de una amiga en el secundario que había pasado algo similar. Me agarré de esta experiencia, sobre todo de su reacción, de la reacción de mi amiga, que tiene que ver mucho con Azul, mi personaje, y cómo ella se toma toda esta historia. Yo justo estaba haciendo un taller de guion y cuando estaba le pedí por favor que me escribiera una obra de teatro. Yo tenía muchas ganas de hacer teatro, entonces no había hecho, y me dijo no, que juntos aprovechemos este taller para escribir esta obra de teatro. Teníamos fecha de estreno, en hasta 3, que un 17 de junio no me acuerdo de que año; pero bueno teníamos fecha de estreno, todo y acá este señor aquí presente me convoca para hacer la obra de Ana Frank, que hicimos después muchos meses, gira por todas las provincias, una experiencia bellísima. Ahí saqué el gustito y le dije: bueno, hay que retomar este otro proyecto. Porque era una historia que a mí me convocaba mucho, hablaba en ese momento, todavía no había ley del aborto, no del aborto, de la maternidad. Me convocaba mucho como mujer y como joven y cuando finalmente decidimos hacer la película lo llamo a Nico, le muestro que era un guion chiquitito y me dijo: todavía no es una película. Pero pasaron dos años, lo invité a tomar un café, le mostré bien, me dijo ahora sí.
—¿Cómo fue entrar en ese universo propuesto, tan femenino?
—Nicolás Gil Lavedra: Me acuerdo después del primer ensayo con Sofía y con Zoe, lo primero que pensé fue: qué hago acá, desde dónde yo tengo que ver con esto. Y a medida que estos ensayos iban avanzando e iba acompañando a sacar toda esa fuerza femenina que tiene la película y todo ese relato que van estas dos mujeres y después se le suma Carmen, me di cuenta de que desde la cámara yo podía amorosamente contar lo que ya se iba viviendo. No intentar no quedarnos en el dolor y no quedarnos en el reproche, sino que desde la cámara amorosamente ir llevándola y acompañándolas lo más posible en lo que era, en lo que es el trayecto del viaje, dónde quieren llegar. Pero sin saber que en realidad ese otro trayecto que tiene que ver con el vínculo de ellas dos y ese encuentro que tienen. Gracias a este viaje, me parecía que desde la cámara lo que pensaba para el inicio del viaje, como todos, era algo mucho más apretado, mucho más sofocante por lo que vivían. Y a medida que se van liberando ellas con sus verdades y liberando con sus personalidades y van aceptando también la cámara, y el paisaje, ahí fue encontrando mi lugar en esta película hiperfemenina.
—Vienen trabajando juntos en varios proyectos desde hace tiempo y tienen más proyectos juntos, ¿qué aprendieron en particular en esta película cada uno del otro?
—NGL: Yo, como director, en ella encuentro una actriz que le puedo pedir, pedir, pedir y es talentosa. Pero a su vez es muy estudiosa y eso para un director es muy lindo y se agradece porque le pedís más, te dice que por ahí no llega y llega igual y juega. Hay algo de lo que nosotros hacemos, es transmitir verdad jugando, es un juego que es una apuesta. Entonces, ir viendo cómo crece, desde cuando la dirigí con en Las grietas de Jara, Ana Frank, y ahora esto, es increíble. Es una de las mejores actrices que conozco, es puro talento, y para un director exigir o pedir y que dé más cuando no hay más, es porque no es por ahí, sino que viene con otra idea y eso para mí, al menos, como director, para agradecer. Porque entiende las escenas, sabe por dónde van, sabes las emociones y es lindo cuando nos toca desde ese lugar la actuación y la escena, desde qué transmitir.
—ZH: Este era un proyecto distinto porque era la primera vez que trabajamos juntos ya yo como productora y la verdad que fue todo tan natural. Hay algo que tenemos, un vínculo de tantos años que ya hablamos el mismo idioma, viste, y no había como que hablar. Y cuando estaba en escena me olvidaba que era productora, porque había como algo de cuando ya estaban en escena y decía él acción y yo no veo más nada de alrededor, yo soy Azul, y de hecho a veces me preguntaba si quería ver algo y le decía que no, pero por el vínculo que tenemos. Hay algo de él que yo ya sé que va a darlo todo para que sea lo mejor.
—NGL: Mi presión extra acá tenía que ver con el guion. La idea era de ella y yo tenía que cuidar mucho de todo lo que estábamos armando. Porque un guion es una película, el rodaje es una película, el montaje es otra película y cuando llegan los efectos de color y sonido y música es otra película. Entonces ella tuvo la madurez suficiente como para cuando tuvo que actuar se olvidó el guion.
—ZH: Yo sabía esto perfectamente, que el guion es un organismo vivo, en rodaje cambió un montón, en montaje también. Y respondiendo específico de lo que preguntaste, de qué aprendí de él, que yo ya lo sabía, pero Nico tiene una capacidad de escucha que no es normal en un director y sobre todo en esta película, director varón, mujeres, pero él escucha. Y no es te escucho porque te dejo contenta, sino que te escucha de verdad y después lo ves reflejado en la película. Yo veo una película que se hizo en equipo de verdad, o sea, que todas las decisiones fueron de la mano, juntos, es una película muy tejida en equipo.
—¿Cuándo entendieron que el nombre era Como el mar y no Cabo Polonio, que era como el proyecto originalmente se llamaba?
—NGL: Cabo Polonio me sonaba un nombre muy duro para lo que estábamos contando y cuando ella vino a ver el corte lo seguimos hablando.
—ZH: Y también lo hablamos mucho con el DF, y él un día nos dijo Como el mar, así, con el corazón, y fue.
—NGL: Ese tipo de decisiones las podés retrasar, vas con otras cosas.
—ZH: Además, quedaba perfecto por el nombre de Azul, por qué le pone ese nombre, y hay una escena específica en el que se explica eso y era como el marco.