La actriz mostró, tras la separación, su nuevo look.
Todo comenzó como un rumor. Nadie quería asegurar lo inevitable, el final del amor, pero una gigantesca gigantografía de Ana de Armas terminó con las especulaciones: la misma se encontraba en uno de los recipientes de basura en la mansión de Ben Affleck.
Esa misma fotografía era con la que hace tiempo Affleck y la actriz cubano-española jugaban en el jardín con los hijos de este y fue objeto noticioso en portales de todo el mundo.
Lo cierto es que varias fuentes consultadas e incluso Us Weekly afirmaron lo inesperado: “Ben y Ana se estaban moviendo en diferentes direcciones en sus vidas y dejaron de verse cara a cara. Los dos no pudieron resolver sus diferencias y han decidido terminar su relación”. Y en vez de tomárselo a la tremenda, la actriz, a quien veremos en breve como Marilyn Monroe en Blonde, de Netflix, publicó una imagen en sus redes sociales de su nuevo look y se supo que actualmente está en Cuba junto a sus padres.