El polémico tuit de Susana Giménez sobre la renuncia de Rial
La diva volvió a tener problemas con el uso de las redes sociales. Hizo público un mensaje y lo eliminó luego, pero ya era tarde.
Trajeron el pulso salvaje del punk, una energía desbordante que marcó una época en la música popular argentina. Fue el único grupo musical de nuestro país capaz de jugar de local en cualquiera de las tres Américas.
30/05/2021 - 00:00hs
Soda Stereo se formó justo antes de la Guerra de Malvinas, entre febrero y marzo del 82. Pero la historia viene de antes, de cuando Gustavo Ceratti conoció a Héctor “Zeta” Bosio estudiando Publicidad en la Universidad del Salvador. Zeta estaba en un grupo (Proyecto Erekto) que tocaba éxitos en inglés, donde también estaba Calamaro. Ceratti era guitarrista de un grupo de jazz-rock-candombe: Vozarrón. Luego, fuertemente marcado por The Police, formó un trío: Triciclo, que llegó a grabar un demo de prueba.
Pusieron una agencia de publicidad; pero les fue mal, porque se pasaban el día escuchando música. Lo conocieron a Charly Alberti, que andaba cortejando a María Laura Ceratti, la hermana de Gustavo. En una de las tantas llamadas a la casa de los Ceratti, fue Gustavo quien atendió, y conversaron sobre música. Así Gustavo se enteró de que Charly era hijo de un baterista, autor de la célebre canción infantil El elefante trompita. Quedaron en encontrarse; y, luego de escucharlo tocar la batería, el trío quedó formado.
Gustavo empezó a proponer algunos temas. El primer tema que ensayaron fue Jet Set. Poco a poco, fueron formando el repertorio. En ese momento se llamaban “Los Estereotipos”. El trío se iba afianzando con los ensayos. Debutaron en una discoteca , como les fue bien, comenzaron a tocar en pubs.
Decidieron cambiar el nombre del grupo. Luego de barajar muchas posibilidades, la disputa final quedó entre “Soda” y “Estéreo”. La solución salomónica fue su pasaporte a la posteridad. Estrenaron la banda con el nombre definitivo en un desfile de moda, en Nuñez. Fueron apenas música de fondo en el glamour de una fiesta ajena, pero supieron que habían construido una banda con sonido propio.
Aparecieron agentes de compañías discográficas que vieron en ellos su potencial comercial. A la tercera presentación los contrató la CBS. Al poco tiempo ya estaban grabando. Federico Moura fue el encargado de la producción; ya que conocía bien el estudio, porque allí Virus había grabado su primer disco.
Las radios fueron abriendo sus espacios para esa música pegadiza hecha con un inmenso cuidado en los detalles. Pero, entre los difusores, hubo uno que apostó de inmediato a lo que hacían: Lalo Mir, quien comenzó a difundirlos desde mucho antes de que grabaran su primer disco. La recuperación de la democracia potenció al grupo, así lo vio Zeta Bosio: “La democracia producía la adrenalina de algo nuevo, algo que estaba ocurriendo, que sabía que nos iba a modificar sin saber bien cómo. Había más aire para hacer cosas y divagar, y nosotros éramos una banda de pibes que teníamos ganas de hacer lío.”
En 1997 la banda se disolvió, dejando tras de sí la estela de un éxito sin precedentes: veinticinco millones de discos vendidos y una cosecha dorada de premios, que incluyen el Premio Leyenda, conferido por la cadena MTV; o que la revista norteamericana Al Borde considerara a De música ligera como la mejor canción de toda la historia del rock iberoamericana; o que la Bilboard ubicara a Cuando pase el temblor entre las veinticinco obras maestras del rock en nuestro idioma.
La despedida fue con un concierto en el estadio Monumental, que ocho años después sería editado en DVD. Diez años después, la banda regresó con Me verás volver, una gira a escala continental que llegó a sumar un millón de espectadores, devotos de un grupo que logró una síntesis luminosa entre el pop y el rock.