Anunciaron la canonización de una mujer argentina
La religiosa María Antonia de Paz de Figueroa, conocida como “Mamá Antula”, se convertirá en la primera santa de nuestro país el próximo 11 de febrero de 2024.
La religiosa argentina María Antonia de Paz de Figueroa, conocida como “Mamá Antula”, se convertirá en la primera santa argentina el próximo 11 de febrero de 2024, cuando sea canonizada en Roma, de acuerdo a lo anunciado por el Dicasterio para la Causa de los Santos.
El rito de canonización será el “11 de febrero de 2024, VI Domingo del Tiempo Ordinario y aniversario de la primera aparición de la Santísima Virgen María en Lourdes”, según el comunicado del Vaticano.
El dicasterio sostuvo que “tras la habitual consulta al Colegio Cardenalicio, el Santo Padre Francisco ha decidido proceder a la Canonización de la Beata María Antonia de San José (en el siglo: María Antonia De Paz y Figueroa), conocida como Mamá Antula, Fundadora de la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires, nacida en 1730 en Silipica, Santiago del Estero (Argentina), y fallecida el 7 de marzo de 1799 en Buenos Aires (Argentina)”.
El anuncio de la fecha de la canonización de María Antonia de San José, Mamá Antula, fue dado a conocer el mismo día en que se celebró el rito de beatificación del Cardenal Eduardo Francisco Pironio.
María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en Santiago del Estero. De familia acomodada, recibió desde su infancia “una buena y sana educación religiosa y espiritual, así como una formación cultural”, según se deduce de su correspondencia.
Siendo aún joven, pronto entró en contacto con la espiritualidad ignaciana. En 1745 vistió el hábito de “beata” jesuita mediante la emisión de votos privados y, retirada al llamado “Beaterio”, comenzó a llevar vida comunitaria junto a otras consagradas.
Bajo la dirección del padre jesuita Gaspar Juárez, se dedicó a la educación de los niños, al cuidado de los enfermos y al socorro de los pobres. En 1767, por orden de Carlos III, los Padres de la Compañía de Jesús fueron expulsados de los territorios de la Corona española, y María Antonia maduró la intención de continuar el apostolado de los ejercicios espirituales, considerado un bien precioso para personas de todos los niveles sociales.
Su decisión no fue bien recibida por los miembros de su comunidad, donde existía un clima hostil hacia la Compañía de Jesús, pero María Antonia, ya con 37 años, perseveró en su intención de seguir organizando cursos de Ejercicios Espirituales.
Entre 1768 y 1770, los participantes vivieron el Tiempo de Retiro durante varios días, recibiendo orientación y reflexionando sobre sus vidas. El método seguido por la Mama Antula fue muy sencillo. En efecto, apenas llegaba a una ciudad o pueblo indicado como lugar de Ejercicios, se presentaba inmediatamente ante las distintas autoridades para obtener los permisos pertinentes.
Los Cursos de Ejercicios duraban unos 10 días y se celebraban a lo largo de todo el año. Los participantes eran personas de distintas condiciones sociales. Regresó a Buenos Aires en septiembre de 1779, después de un viaje de 1400 km, presentándose al Virrey y al Obispo, para obtener el permiso de organizar los Cursos de Ejercicios. Esperó cerca de un año para conseguirlo, pero le fue negado principalmente por el Virrey, que sentía aversión por todo lo relacionado con la Compañía de Jesús. Recién al año siguiente, en 1780, comenzaron los retiros en Buenos Aires con increíble éxito.