La recomendación sanitaria surge a partir de un trabajo de campo realizado por el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y el Conicet.
En plena temporada de bajas temperaturas y exposición a las enfermedades respiratorias, médicos e investigadores de nuestro país advierten sobre la importancia de la vitamina D para evitar los cuadros de bronquiolitis. La recomendación surge como resultado del estudio realizado por médicos del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez e investigadores del Conicet, donde se concluyó que la deficiencia de este nutriente es un factor de riesgo para el desarrollo de bronquiolitis grave en bebés de hasta 12 meses.
Sin vacunas para chicos o para adultos, los resultados de esta investigación subrayan la importancia de las normas recomendadas por la Sociedad Argentina de Pediatría: la suplementación de vitamina D a partir del mes de vida, en dosis de profilaxis. Los niños pequeños, por la propia fragilidad de su piel, no pueden exponerse directamente al sol, principal proveedor del nutriente. “Los resultados sugieren que la suplementación con vitamina D puede ser una forma fácil y una medida preventiva efectiva para la enfermedad causada por el virus sincicial respiratorio (VSR), particularmente en bebés sanos nacidos a término”, dicen los médicos e investigadores detrás del trabajo.
La vitamina D es un nutriente esencial. Se sintetiza en la piel con la exposición a la luz solar. “La vitamina D regula más de 1000 genes humanos, incluidas las células epiteliales respiratorias y casi todos las células inmunes. La creciente evidencia sugiere un vínculo entre los niveles inadecuados de vitamina D en los niños y la frecuencia, gravedad, y los resultados a largo plazo de las infecciones respiratorias”, expresan los profesionales.
El virus sincicial respiratorio causa las bronquiolitis en recién nacidos y cuadros infecciosos con neumonías bilaterales en adultos mayores de 65 años. EL VSR es la principal causa de infección aguda de las vías respiratorias inferiores en niños pequeños y ocupa el segundo lugar después de la malaria como causa de mortalidad infantil en todo el mundo. Se trata de un germen que comienza a circular con la llegada del invierno, en junio, y se extiende hasta julio. Se transmite por contacto estrecho, cuando un infectado tose o estornuda, y también por contacto en superficie con esas partículas.
El trabajo de los médicos e investigadores evaluó a 125 lactantes menores de 12 meses sin enfermedades previas, con una edad promedio de cuatro meses. Todos fueron internados en el Hospital Gutiérrez por una primera infección por virus respiratorio sincicial entre 2017-2019. El estudio concluyó que mientras que la deficiencia de vitamina D fue un factor de riesgo significativo para la enfermedad potencialmente mortal, la vitamina D en un nivel superior a 30 ng/mL confirió protección contra la infección respiratoria.
Asimismo, la enfermedad extremadamente grave y potencialmente mortal (LTD) parece ser más común en los países en desarrollo, donde ocurren aproximadamente el 99% de las muertes. La mayoría de ellos son bebés previamente sanos.