Periodistas, artistas y difusores del folclore local trabajan en busca de lograr el reconocimiento internacional de la mencionada manifestación musical.
La chacarera es uno de los ritmos y danzas tradicionales de la Argentina, en especial en Santiago del Estero. Debido a esto, periodistas, artistas y difusores del folclore local trabajan en busca de lograr el reconocimiento internacional de la mencionada manifestación musical, intentando que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la reconozca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En caso de lograrse, la chacarera podría transformarse en la tercera música nacional con esta etiqueta en la Argentina, luego de que hace más de una década, en el año 2009, se reconociera al tango rioplatense (de Argentina y Uruguay), mientras que unos pocos años atrás, en 2020, ocurriera lo mismo con el chamamé correntino.
Cabe resaltar que la técnica pictórica del fileteado porteño también adquirió el mencionado reconocimiento en 2015.
En este contexto, Alejandro Yocca, director general de Patrimonio Cultural de Santiago del Estero, explicó a EFE que “la chacarera surge del espíritu festivo de todas las comunidades que han ido conformando al santiagueño. Desde antes de la llegada de los españoles hasta los españoles, la inmigración negra africana y todas las colectividades que lo han nutrido”.
Por su lado, el periodista Kike Caló, integrante de la asociación que impulsa el reconocimiento de esa danza tradicional por parte de la Unesco, consideró que la chacarera reúne todos los valores que busca el organismo.
“Es histórica, simbólica, plural e identitaria. Forma parte el ser santiagueño desde la cuna, pero se remonta a siglos anteriores”, argumentó.
Cabe destacar que los especialistas no pueden ponerse de acuerdo acerca de los orígenes de esta danza, que es popular también en otras provincias del norte de la Argentina, tales como Salta, Jujuy y Catamarca. En este sentido, parecería tener su origen en la fusión de los ritmos locales, los de los conquistadores españoles y los de la población traída a América como esclava desde África.