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cienciaCumplen un rol fundamental para hacer que se respeten las normas de tránsito, pero en su mayoría no están bien señalizados.
18/05/2023 - 00:00hs
Con un rol indispensable para frenar a los autos que circulan a alta velocidad, los reductores, popularmente conocidos como “lomos de burro”, han ganado mucho protagonismo durante el primer cuatrimestre del año, ya que cada vez son más en las calles de La Plata y en su mayoría no están señalizados.
La escena se repite en los barrios del norte y del sur de La Plata, en donde suele presentarse un factor común entre los vecinos: a los frentistas de las cuadras no les preocupa que los lomos de burro estén o no señalizados, ya que, por pasar todos los días, conocen y saben el lugar o la altura del lomo. Incluso, no falta el que se toma con sorna cuando un auto que no es de la cuadra pretende pasar a muy alta velocidad y termina rompiendo una parte del tren delantero, bujes o parrillas.
En la calle 527, entre 6 y 7 de Tolosa, por ejemplo, es enorme la cantidad de personas que se ven sorprendidas por el reductor que está cerca de la esquina de 6, y para colmo, en el cruce de calle 5 (a menos de cien metros) hay un badén que también termina afectando las carrocerías de los autos.
En la parte sur de la ciudad, en tanto, aparecieron de forma espontánea varios reductores de velocidad sobre la calle 8, entre 659 y 664. En esta zona de La Plata, los responsables que trabajan en la delegación municipal de Parque Sicardi y Villa Garibaldi tomaron la decisión de improvisar lomos con calcáreo, que contrastan el avance de las señalizaciones en el barrio con la colocación de los carteles que señalizan los número de las calles.
También, en la parte Oeste, se repite lo mismo en la avenida 44, en donde los vecinos lograron la colocación de un semáforo en la esquina de 217 después de cuatro años de lucha. Tanto en 44 como en algunos tramos de la avenida 66, en la zona de Olmos, antes de la ruta 36, muchos reductores tampoco están señalizados y con el paso de los camiones o colectivos se vienen desgastando.
Asimismo, ocurre algo parecido en la calle 135 de Gorina, que pasa por atrás del Country San Facundo, o en la calle 22 de Sicardi, entre 637 de Arana y 659.
En todos estos lugares, los choferes de camiones de reparto, que suelen desembarcar en los barrios con mercaderías, se quejaron por la falta de información sobre la señalización de los reductores, que muchas veces terminó afectando la mercadería o la carga de comestibles que llevan a los almacenes de barrio.