La circulación de aire,
el uso de tapabocas, el distanciamiento social y la cantidad de personas son factores determinantes que aumentan o disminuyen las posibilidades de infectarse.
Si bien los casos de coronavirus siguen aumentando y las consecuencias de la pandemia continúan afectando a los distintos países del mundo, la adaptación a una “nueva normalidad” parece ser el camino a seguir, al menos hasta que alguno de los proyectos de vacuna alcance un producto final que sea efectivo contra el virus y seguro para la población.
Frente a la paulatina reactivación de la economía, los especialistas advierten sobre la necesidad de respetar una serie de medidas claves para disminuir el riesgo de infección en lugares cerrados.
De acuerdo a investigaciones internacionales, el regreso a las clases presenciales, gimnasios y la posibilidad de tomar o comer algo en el interior de restaurantes aumenta las probabilidades si no se tienen en cuenta algunos factores de vital importancia: ventilación, cantidad de personas y distanciamiento social, tiempo de permanencia en el lugar, uso de tapabocas y el tipo de interacción.
“El riesgo de infección está determinado por muchos factores, y todos ellos están conectados. Aún no hay ningún estudio que determine el riesgo absoluto, pero queremos empoderar a la gente para que evalúe el riesgo relativo a cada situación”, sostuvo Lydia Bourouiba, investigadora del MIT (Massachusetts Institute of Technology), que, junto a la Universidad de Oxford, desarrollaron una tabla para evaluar el riesgo de exposición al virus en distintos contextos.
De acuerdo al informe de ambas instituciones, las probabilidades de contagiarse varían si las personas que comparten un espacio están en silencio, hablando, gritando o cantando.
En este sentido, un informe del diario El País sostiene que, al expresarse a los gritos, el pulmón lanza 50 veces más partículas cargadas de virus que al estar callado.
Asimismo, según un trabajo publicado en la revista British Medical Journal, lograron detectar “una dispersión de gotas a lo largo de seis u ocho metros, por lo que estos resultados sugieren que el SARS-CoV-2 podría extenderse más allá de uno o dos metros concentrado a través de la tos o los estornudos”.
De cualquier manera, los especialistas europeos, frente a la segunda ola de contagios, destacan que el peor escenario, ya sea dentro de un bar, restaurante o gimnasio, se da cuando la persona positiva de coronavirus grita en un espacio cerrado y por un tiempo prolongado. Se calcula que en una hora estaría liberando 1.500 dosis infecciosas.