De La Plata a Cochabamba, una aventura y un pedido: volver

Se trata de Antonio Herrera, quien se inició en Estudiantes y fue a probar suerte en Bolivia, logrando destacarse en el fútbol del ascenso de ese país. Hoy quiere retornar a su ciudad

Durante los últimos sesenta días, muchas historias del platense se hicieron conocidas por haberlo encontrado fuera del país en el medio de la pandemia y con el contexto de fronteras cerradas para volver al país.

Este es el caso de Antonio Herrera, un amante del deporte y futbolista amateur que se formó en Estudiantes y se gana la vida ju­gando en las categorías del ascenso en Bolivia. Un país que paga mejores sueldos en este deporte que en la Argentina por la diferencia en el valor de cambio entre el dólar y la moneda local.

Se formó en Estudiantes y llegó hasta la Reserva antes de recalar en el ascenso de Bolivia, hacia donde se trasladó con su familia.

En la actualidad se encuentra varado en el país vecino, sin poder regresar a la Argentina, sin respuesta alguna del consulado y con los recursos económicos y alimentarios cada vez más chicos.

En diálogo con diario Hoy, el deportista contó al borde de la de­sesperación que está varado desde el 10 de marzo y que hace más de un mes y medio que no obtiene respuesta alguna de parte del consulado argentino en Cochabamba, donde se encuentra.

“Cuando apareció la pandemia, seguimos entrenando con el Cochabamba Fútbol Club hasta que decretaron la cuarentena total y cerraron las fronteras. Ahí ya no pude volver. Llamé al consulado y después me acerqué personalmente, pero estaba cerrado. Llamé a los dos números que me dieron y no me atendieron. Mandé un mail y no me dieron respuesta. Estamos con mi familia desesperados porque estamos solos en un país que no es el nuestro”, relató.

Además reconoció que “el club se está haciendo cargo de mí sin tener contrato en mano, pero ellos al ser un equipo de Segunda División, donde todo es a pulmón, tampoco tienen ingresos y ya no me pueden mantener. Estoy tratando de volver a la Argentina pero nadie me responde”.

Averiguó por aéreos: “Me quieren cobrar 1160 dólares por cuatro pasajes (para él, su mujer y sus dos pequeños hijos). Me parece una locura. Mis hijos tienen 3 y 4 años y no pueden hacerme pagar esa plata que ni siquiera tengo”.

Impotente, admitió: “Se me están acabando los recursos. No venimos de una familia de plata. Vinimos a Bolivia porque económicamente están bien y apostamos por eso. Ahora estamos en la angustia de no poder volver. Quiero ser repatriado”.

Agradeció que tanto él como su pareja y los niños están bien de salud, aunque vive con miedo constante: “Acá, si te enfermas por el coronavirus, se les cobra a los extranjeros 150 dólares por la atención, y no los tengo”.

Pidió que alguien lo ayude para volver: “Estoy desesperado por eso. Este viernes sale un vuelo a la Argentina pero no tengo dinero para los pasajes. No tengo problemas en que de última viajen ellos tres, quedándome yo”, concluyó.