Descubren 24 estatuas romanas y etruscas de 2300 años y miles de monedas en Italia
El descubrimiento fue considerado uno de los más significativos en la historia del Mediterráneo antiguo.
Datan de entre los siglos II a. C. y I d. C. Fueron recuperadas del barro en una excavación de las antiguas termas de San Casciano dei Bagni, en la provincia de Siena. Se trata de uno de los hallazgos más significativos de la historia antigua.
09/11/2022 - 00:00hs
Arqueólogos italianos descubrieron bajo las aguas de una fuente termal de la ciudad de San Casciano dei Bagni, situada en Toscana, una colección única de estatuas de bronce y monedas que datan de entre los siglos II a. C. y I d. C., según informó el Ministerio de Cultura de Italia.
“Es un descubrimiento sensacional desde muchos puntos de vista. Es el yacimiento más rico del Mediterráneo en el campo de los bronces. Hay decenas y decenas de artefactos de distintos tamaños, en su mayoría considerables”, expresó Massimo Osanna, arqueólogo, responsable durante años de las excavaciones en Pompeya y ahora director general de Museos del ministerio.
Además de las estatuas de bronce en perfecto estado, en el santuario fueron encontradas 5.000 monedas de oro, plata y bronce, y unos objetos de culto.
“Un descubrimiento que reescribirá la historia y en el que ya están trabajando más de 60 expertos de todo el mundo”, declaró el etruscólogo a cargo de la excavación, Jacopo Tabolli, al explicar los nuevos descubrimientos.
Entre las estatuas recuperadas están las efigies de Hygieia y Apolo, así como un bronce que recuerda al famoso Arringatore, una estatua encontrada hace años en la zona de Perugia y que representaba la figura del orador Aulo Metelo, un senador etrusco durante la República romana.
A su vez, las inscripciones contienen los nombres de poderosas familias del territorio de la Etruria interior, desde los Velimna de Perugia hasta los Marcni, conocidos en Siena. Además de las frases en etrusco, también se han descubierto inscripciones en latín, que mencionan las “aquae calidae”, las aguas termales de Bagno Grande, donde se colocaron las estatuas.
“El santuario, con sus estatuas, aparece como un laboratorio de investigación sobre la diversidad cultural en la antigüedad, un testimonio único de la movilidad etrusca y romana”, añadió Tabolli, que afirma que este descubrimiento “es una oportunidad única para reescribir la historia del arte antiguo, y con ella la historia del paso entre etruscos y romanos en la Toscana”.