Un grupo de científicos modificó genéticamente los ojos de estos insectos para que no detecten a la especie humana.
Como se sabe, las hembras de los mosquitos recurren a la sangre humana debido a las proteínas que contiene, ya que son muy importantes para la producción de huevos. Es por esto que, además de la savia y el néctar, son junto con el tejido líquido la parte principal de la alimentación de esta especie. Para llevar a cabo esta investigación, los científicos de la Universidad de San Diego en Estados Unidos se basaron en el mosquito del dengue y de la fiebre amarilla; explicaron que el proceso se centró en desactivar los receptores visuales, interrumpiendo así la capacidad visual para reconocer objetos. De esta manera, hicieron uso de una herramienta de edición genética denominada Crispr-Cas9.
“Tras la exposición al dióxido de carbono, la atención de los mosquitos a sus posibles víctimas aumenta drásticamente. Una vez que los mosquitos llegan a unos pocos centímetros de los objetivos utilizando señales visuales y olfativas, otras señales como estímulos olfativos térmicos y cutáneos adicionales permiten a las hembras evaluar y determinar si es un huésped potencial”, explicó una de las investigadoras, Yinpeng Zhan, quien agregó: “Entre mejor comprendamos cómo detectan a los humanos, mejor podremos controlar al mosquito de una manera ecoamigable”.