“El gorilismo áureo”

En el libro, Incaminato realiza un interesante repaso de lo que aparece denominado como “gorilismo áureo”, con la particularidad de que busca ser ecuánime.

Al respecto, dice: “Me parece que es interesante ser justo con esos autores y también leerlos un poco a contrapelo de su mirada. A veces, algunos sectores peronistas han sido muy cerrados en esa visión. De hecho, cuenta Horacio González que en los 70 leer a Borges siendo peronista estaba mal visto, era algo que no tenías que hacer. Hoy en día, nos podemos permitir leer las cosas de otra manera, no ser tan lineales y poder ser justos con los autores visualizando los matices, porque además es algo que se está perdiendo en la actualidad cada vez más. Hoy, lamentablemente, el discurso público está cada vez más unidimensional”.

—¿Considerás que la grieta entre peronismo y Borges es algo insalvable?

—Yo creo que no es insalvable por dos motivos. Por un lado, porque hay muchos borgeanos ilustres que son peronistas y tengo que mencionar, por supuesto, al querido y fallecido recientemente Ho­racio González. Mientras el ma­crismo citaba a Borges en todos lados, a veces citándolo mal, vació la Biblioteca Nacional, que era un justamente un lugar fundamental para Borges, mientras, en contrapartida, el peronismo, cuan­do la dirigía González, llevó a cabo unas ediciones espectaculares de obras de Borges y reconocidas por gente que no es peronista, como Beatriz Sarlo.