El nivel del río Paraná continúa en baja y sigue con valores récords

El descenso se debe principalmente a la escasez de lluvias en la alta cuenca de los ríos Paraná y Paraguay. La situación ocurre desde el mes de febrero y este fin de semana llegó a marcar 63 centímetros en el hidrómetro del puerto de la ciudad de Santa Fe.

La bajante del río Paraná que comenzó en 2019 alcanzó una magnitud extraordinaria, no solo por los bajos niveles, sino también por la permanencia”, le dijo a diario Hoy el ingeniero Juan Borús, del Instituto Nacional del Agua (INA), que está a cargo del monitoreo de la situación hidrometeorológica de la Cuenca del Plata.

Este año marcó cifras récords. Cabe recordar que el 21 de mayo la altura fue de 48 centímetros, la más baja de los últimos 50 años.

“La tendencia climática es desfavorable y no se avizora aún el final de la sequía y bajante. Por lo menos hasta mediados del verano continuaríamos con lluvias acotadas y muy por debajo de los niveles normales”, indicó el especialista.

La cuenca fluvial del río Paraná es de gran longitud y está entre las más grandes del mundo, ocupando el décimo o undécimo lugar. Se alimenta por agua de lluvia y abarca unos 2.600.000 kilómetros cuadrados, casi tanto como la superficie de Argentina continental. Se extiende en Bolivia, Paraguay y Brasil.

“La sequía es generalizada en la región, y todas las labores agrícolas están afectadas. Se dan las condiciones para los incendios en extensas áreas de nuestro país. El hábitat de la fauna queda sumamente alterado y se dificulta el acceso al agua”, sostuvo Borús.

Consultado sobre el impacto que esto genera, el profesional mencionó que afecta a la navegación fluvial, la fauna íctica, la inestabilidad de márgenes y la calidad del agua.
“La mayor cantidad de agua viene del noreste. Esas precipitaciones que empiezan a darse en octubre, en noviembre, van a generar que la crecida del río ordenadamente se dé en febrero o marzo. Digo ordenadamente porque es lo más frecuente, pero el año pasado no llovió de manera abundante y el río empezó a desagotarse”, le dijo a este multimedio Carlos Ramonell, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

En relación al estudio de los caudales mínimos que se vienen presentando en el río Paraná desde febrero de este año, la Dra. Rosana Hämmerly, docente de la UNL y magíster en Ingeniería de los Recursos Hídricos, expresó ante diario Hoy que “se dispone de registros de caudales del río Paraná desde 1904 hasta el presente, lo que nos permite analizar su comportamiento temporal”.
“Escuchamos que esta es una bajante extraordinaria, lo cual es cierto, porque hace más de 50 años que no ocurría que se presentaran los niveles que tenemos en la actualidad, pero lo que también es cierto es que estos niveles, y menores, ya se presentaron anteriormente (1934, 1944, 1969) y pueden volver a presentarse”, sostuvo.

Además, Hämmerly remarcó la información del INA acerca del pronóstico de bajantes, que, al presentarse, lo hacen en ciclos de dos o tres años consecutivos, lo cual evidencia que se van a mantener las condiciones hidrométricas durante más tiempo. “Es posible que la actual bajante se pueda profundizar si no se recupera el régimen de lluvias en la cuenca de aportes y si disminuye el caudal de ingreso al tramo medio del río Paraná, lo que la historia ha mostrado que es probable”, completó.

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