El resurgimiento del wichí y el qom
En el marco del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas del Mundo, aún existen entre 16 y 36 en nuestro país. El wichí y el qom, dicen los especialistas, vuelven a ser hablados “tanto en la primera infancia como en la adolescencia”.
A través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la ONU proclamó el período comprendido entre 2022 y 2032 como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas del Mundo. Con esta declaración, el organismo busca “llamar la atención del mundo sobre la difícil situación de muchas lenguas indígenas y movilizar a las partes interesadas y los recursos para su preservación, revitalización y promoción”.
En ese marco, el Centro Universitario de Idiomas de la UBA señala que existen entre 16 y 36 lenguas indígenas en nuestro país. Aunque en general se encuentran en proceso de retracción, los especialistas dicen que el wichí y el qom están resurgiendo gracias a su recuperación en ámbitos universitarios y a los mayores que los transmiten para que sean hablados nuevamente entre los jóvenes.
“El destino de las lenguas está inevitablemente atado a sus hablantes: no existen sino entramadas con la vida de las gentes en comunidad”, dice Beatriz Gualdieri, lingüista y docente en el Área de Estudios Interdisciplinarios en Educación Aborigen de la Universidad Nacional de Luján, en diálogo con Télam. “Tampoco existimos sin una o más lenguas en nuestra vida. Distintos tipos y grados de bilingüismos no son una rareza, aunque en los imaginarios que sustentan y son sustentados históricamente en la construcción de nuestra identidad nacional se refuerza esa ecuación heredada de Europa, a la que podemos sintetizar en el concepto un Estado, una nación, una lengua”.
El mapeo realizado por la UBA en el Año internacional de las lenguas indígenas 2019 entregó algunos trazos fundamentales, pero los especialistas coinciden en señalar la falta de datos cuantitativos oficiales y actualizados. Después de 200 años de historia del Estado argentino, señalan, aún no existe institucionalidad que regule, normatice y brinde datos cuantitativos sobre la situación y estado de las lenguas, cantidad de hablantes, recuperantes, enseñantes, etc.
“En general, las lenguas indígenas están todas en proceso de retracción o desplazamiento por el castellano, salvo el wichí y el qom que comienzan a ser habladas tanto en la primera infancia como en la adolescencia”, apunta Verónica Azpiroz Cleñan, mapuche, politóloga, referente de la comunidad mapuche Epu Lafken. Así, tal como ambas lenguas están siendo recuperadas en ámbitos universitarios o en ámbitos de autogestión comunitaria, el mapuzdungún también es una lengua en retracción que recién después de 40 años está iniciando un proceso de revitalización.
La lengua quichua, extendida por la zona andina desde Colombia hasta la Argentina con alrededor de 8.000.000 de hablantes, vive también un panorama de una enorme vulnerabilidad.
“La mayor parte de las comunidades quichua hablantes se localizan en zonas rurales con altos índices de pobreza”, dice Silvia Sosa, investigadora y coordinadora de la carrera Tecnicatura Superior Universitaria en Educación Intercultural Bilingüe. “Ser quichuista es sinónimo de atraso y pobreza, en el imaginario social aún vigente”, culminó.