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La limitación para leer tuits que se comenzó a implementar el sábado apunta, más que nada, a los bots utilizados por herramientas como el Chat GPT.
03/07/2023 - 00:00hs
El propietario de la red social Twitter, Elon Musk, volvió a tomar una polémica y resonante decisión. El sábado pasado anunció que se limitará temporalmente la cantidad de tuits que cada usuario podrá leer diariamente. Tras el enojo y la confusión que generó, con el paso de las horas, aparecieron voces especializadas capaces de explicar qué hay detrás de esta medida. ¿Twitter en guerra con la Inteligencia Artificial?
En principio parecería que sí, aunque hay dudas sobre la eficacia de la restricción. El profesor universitario y desarrollador de videojuegos español Dani Sánchez-Crespo echó un poco de luz sobre este asunto. Según el especialista, los nuevos límites de Twitter no buscan afectar a las personas que usan la red social sino a los bots que la leen automáticamente y utilizan la información que encuentran.
Estos programas informáticos están asociados, al menos en Argentina, con cuentas utilizadas para defender o atacar ideas y personas. Sin embargo, en este caso puntual, los bots son utilizados por las empresas desarrolladoras de herramientas de Inteligencia Artificial (IA), como el famoso ChatGPT. Mientras disfrutan de un limbo regulatorio, las distintas plataformas de IA lanzan al mercado páginas web que responden cualquier tipo de pregunta con altos grados de precisión o crean imágenes del estilo artístico que se le pida con gran destreza.
¿Cómo logran esto? Aprendiendo ¿Y cómo aprenden? Asimilando al instante cantidades masivas de información ¿Y quién se las provee? A veces seres humanos contratados para eso (el trabajo se lo conoce como data entry) y otras veces los bots.
Pagan justos por pecadores
El problema es que las distintas IA requieren cantidades inmensas de información y por eso recurren a bots que, mediante una técnica conocida como scraping, extraen esas cantidades en la red social del pájaro sin problemas (hasta ahora). El scraping, que significa rascar, consiste en escanear la web como una persona, fingiendo navegar, y llevarse el contenido a bases de datos propias. Hay quienes dudan de la ilegalidad de esta actividad, pero mientras persista la falta de legislación específica se seguirá haciendo.
Para Elon Musk y los directivos de Twitter, esto implica que otros usen gratuitamente su contenido (si le pagaran, es tanta la cantidad de información que extraen que no sería rentable). Pero también supone un riesgo legal para ellos, ya que se están incumpliendo leyes de privacidad de sus usuarios permitiendo que terceros usen su información y su contenido.
“Le están robando datos, sobrecargando servidores y ralentizando servicio”, sintetizó Sánchez-Crespo. En este escenario, surgió la fuerte restricción que el propio Musk se encargó de anunciar: no más de 600 posteos por día para cuentas no verificadas y no más de 6.000 para las verificadas.
Ahora, los bots no podrán navegar por la red social infinitamente para rascar información (al menos hasta que logren sortear el obstáculo). El problema es que tampoco podrán hacerlo las personas que usan Twitter con fines legítimos.