A partir de los datos obtenidos por el telescopio espacial europeo Gaia, un equipo de astrónomos españoles confirmó el descubrimiento de una nueva estructura galáctica.
A través de las imágenes del telescopio Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), un equipo de científicos españoles logró diseñar un mapa completo de las estrellas que forman parte de la Vía Láctea.
A través de esta representación, los astrónomos pudieron identificar una región nunca antes vista en nuestra galaxia, bautizada como “Espolón de Cefeo”. De acuerdo al trabajo publicado en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se trata de una estructura compacta con movimientos constantes que conecta el brazo de Orión con el de Perseo.
Con casi 8.000 años luz de longitud, este espolón se eleva por encima del plano galáctico, lo que dificulta mucho más su visualización. Para alcanzar este nuevo hito astronómico, el equipo realizó representaciones de datos en 3D en las que se muestran las posiciones de las estrellas azules masivas ubicadas a una distancia de hasta 12.000 años luz del Sol.
Según informaron los especialistas, el Espolón de Cefeo -nombrado en honor al rey de Etiopía en la mitología griega- está compuesto por miles de millones de estrellas azules masivas. Se estima que en esta región existe más de un tercio de los 400.000 millones de astros que forman parte de la Vía Láctea.
De acuerdo a Michelangelo Pantaleoni González, autor principal del estudio, el interior de este puente masivo de estrellas sufre reacciones nucleares “particularmente violentas”, lo que lleva a que el tiempo de vida sea realmente corto. “Algunas apenas llegan a vivir un par de millones de años, cinco mil veces menos de lo que vivirá el Sol”, explica Pantaleoni.
De la misma manera, el especialista asegura que este espolón evidencia la manera en que las galaxias se mantienen generando nuevos elementos de manera constante. Por ende, la investigación del equipo español brinda nuevas pistas sobre la formación y la evolución galáctica. Visto de otra manera, este filamento es prueba fehaciente de que el Universo sabe reciclar la materia que produce.