Ciencia

Llukalkan aliocranianus, el dinosaurio “asesino” de la Patagonia

Luego de seis años de trabajo, investigadores del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología lograron determinar la presencia de una nueva especie de abelisáuridos en suelo argentino.

En 2015, un grupo de investigadores del Instituto Patagónico de Geología y Pa-leontología (IPGP) encontró el cráneo de un dinosaurio carnívoro en buen estado de conservación, aunque las particularidades del fósil dificultaban la identificación de la especie a la que correspondía.

Luego de seis años de análisis y estudios, el equipo del IPGP logró determinar que se trataba de una nueva especie. “Es poco frecuente encontrar un cráneo de estos animales porque son muy frágiles. En general se encuentran fragmentos de huesos largos y vértebras. Hallarlo en buen estado de preservación y conservación nos permitió estudiarlo”, explicó el investigador Ariel Méndez.

“Lo nombramos Llukalkan aliocranianus. La primera palabra es un vocablo mapuche que significa el que asusta o causa temor y la segunda, en latín, hace referencia a un cráneo distinto. Las diferencias que presentaba en el cráneo, en comparación con el de otras especies de abelisáuridos, permitieron en definitiva darnos cuenta que estábamos ante una especie nueva”, agregó Federico Gianechini, investigador del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (Imibio-SL) y primer autor del trabajo publicado en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.

De esta manera, el descubrimiento de los paleontólogos argentinos aporta nuevas pistas para armar el rompecabezas de los abelisáuridos, una familia de dinosaurios con fuerte presencia en la Patagonia argentina, además de otras regiones de África y Europa.

“Participé de una campaña en el año 2015 y, muy cerca de donde habíamos hallado a Viavenator exxoni aparecen dos cráneos. Nuestra primera impresión fue que estábamos ante la presencia de dos ejemplares de aquella especie. Porque, además, todos habían vivido hace unos 85 millones de años, durante el Cretácico Superior. Los únicos elementos que tenemos los paleontólogos para analizar son los huesos. Entonces, tenemos que ser muy exhaustivos en nuestros estudios. Luego de minuciosos análisis, se vio que presentaban diferencias importantes con Viavenator, lo que justificó que uno de ellos sea reconocido como otra especie”, aclaró Méndez.

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