La dermatitis atópica y sus problemas durante la pandemia

Organizaciones alertan sobre la importancia de difundir información entre sus pacientes, quienes se vieron fuertemente afectados este tiempo.

a dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica o recurrente, que puede tener una amplia gama de presentaciones y se caracteriza principalmente por piel seca, prurito intenso y lesiones cutáneas inflamatorias localizados (eccemas).

“Hay muchos pacientes que alcanzan un diagnóstico, pero a veces es tardío. La idea es dar mayor información sobre su diagnóstico y el deterioro en la calidad de vida que puede causar”, asegura Laura Resnichenco, psicóloga y miembro de la Asociación de Dermatitis Atópica Argentina (ADAR).

Aunque también se presenta en adultos, la DA la padecen predominantemente niñas y niños: entre un 15 y un 30 por ciento de ellos tienen la enfermedad.

ADAR y la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso), dos organizaciones que trabajan para acompañar y asesorar a personas con esta enfermedad y a sus familias, realizaron una encuesta sobre cómo impactó la pandemia de la Covid-19 a pacientes con esta enfermedad.

El sondeo fue implementado en forma online entre el 12 de junio y el 8 de julio de este año y participaron 535 pacientes de todo el país.

Entre los problemas asociados, uno fue la imposibilidad de continuar el tratamiento. También se demostró que el 62,1 por ciento estaba en tratamiento, pero el 18,1 por ciento lo tuvo que discontinuar, en general por motivos económicos y 1 de cada 10 decidió suspender la medicación por temor a la Covid-19. Además, para el 62,8 por ciento la picazón durante la cuarentena fue moderada o alta, un 41,3 por ciento más que antes. Por otra parte, la encuesta destaca que los sentimientos principales experimentados en relación a su enfermedad durante la cuarentena para este grupo poblacional fueron: ansiedad (52,9 por ciento), angustia (43,2), cansancio (40,4) y desgaste (39,6).

“Hay determinadas situaciones que funcionan como estresores y estos niveles altos de estrés pueden manifestar síntomas cutáneos. Además, la enfermedad en sí misma puede generar episodios de ansiedad, vergüenza, aislamiento, hiperactividad en infantes, trastornos del sueño y depresión. Es una situación que se da de manera interrelacionada y afecta de forma general los modos de vida”, explicó la psicóloga Resnichenco, quien además es paciente de esta enfermedad.

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