cultura
Una gran batalladora boliviana
Adela Zamudio además de escritora fue una pionera del feminismo de su país, siendo venerada por las nuevas generaciones.
Cada 11 de octubre se celebra en Bolivia el Día de la Mujer Boliviana en homenaje al nacimiento de Adela Zamudio, una de las escritoras más importantes del país, considerada una precursora del feminismo. Una mujer autodidacta que buscó lecturas para nutrirse en una época que las mujeres no tenían acceso a la formación intelectual. Ensayista, poeta y profesora, se enfrentó incansablemente con el conservadurismo de la época que le tocó vivir y revolvió las aguas con sus escritos.
Nació en Cochabamba y desde pequeña se interesó por la escritura; cuando llegó al tope de la educación ofrecida para mujeres en la época, siguió leyendo e instruyéndose. A los 15 años publicó el poema Dos Rosas bajo el seudónimo Soledad, pero sus escritos no volverían a ver la luz en imprenta por un tiempo: a los 25 años publicaba sus poesías en El Heraldo, pero su primer libro - Ensayos poéticos-, fue recién publicado en Buenos Aires en 1887. A esta publicación se sumaron después el compilado de poesía Ráfagas en 1903, e Íntimas, una novela de 1913; mucho material, desde cuentos a poemas y hasta obras de teatro, llegaron a imprenta tras su muerte.
Dirigió la primera escuela laica de Bolivia en La Paz, el 28 de mayo de 1926, fue reconocida como la máxima exponente de la cultura boliviana. Incluso la Municipalidad de Cochabamba instituyó en su honor el Premio de Cuento Adela Zamudio, que se otorga desde 2006.
Es en Ráfagas donde aparece uno de sus poemas más famosos, llamado Quo Vadis, con el que se enfrentó a la Iglesia Católica. Criada dentro del catolicismo reinante en la época en América Latina, Adela Zamudio se volvió un nombre famoso en su país no sólo por sus poemas en estilo literario romántico, sino que por batallar por el laicismo en el aula. Ella creía que la católica no era la única moral que debía imponerse a los alumnos, y tuvo una lucha epistolar con el Padre Pierini, sacerdote que después sería obispo, y que vio en Zamudio una enemiga de la fe. En Quo Vadis, Adela Zamudio enrostraba que la Iglesia Católica vivía muy lejos de las enseñanzas que impartía: “La Roma en que tus mártires supieron/ En horribles suplicios perecer/ Es hoy lo que Los césares quisieron/ Emporio de elegancia y de placer”. La polémica de Zamudio fue conocida en todo su país.
La Obra reunida de Zamudio está incluida en la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, presentada en 2014 gracias al impulso del ex vicepresidente Álvaro García Linera, para celebrar los 200 años de la fundación de Bolivia a cumplirse este año. A cargo del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Vicepresidencia, se trata de un proyecto editorial para publicar “los 200 libros fundamentales para la comprensión del pasado y del presente del país”, según se expresa en su página web. No sólo se trata de reimprimir valiosas obras de historia, ciencia y arte que estaban agotadas, a precios accesibles para el pueblo, sino que también apunta a completar una asignatura pendiente: “la inserción en la educación primaria, secundaria y superior de un corpus rigurosamente seleccionado bajo criterios estrictamente académicos”.
Asimismo, la escritora dejó plasmado en sus poemas la precaria situación que vivían las mujeres, sin los derechos de los hombres. Otra de sus poesías famosas es Nacer hombre, donde ironiza sobre las infidelidades masculinas o el derecho a voto. Sus argumentaciones fueron fundamentales para la incorporación del divorcio en el Código de las Familias y del Proceso Familiar, de 2014. Adela Zamudio siguió luchando por la educación de las niñas y niños de Bolivia, y se convirtió en directora de escuela. En su tumba se puede leer el siguiente poema: “Vuelvo a morar en ignorada estrella / libre ya del suplicio de la vida, / Allá os espero; hasta seguir mi huella / Lloradme ausente pero no perdida”.
