cultura
La escritora que rompió el silencio de la historia
Elena Poniatowksa es una novelista, periodista y fotógrafa comprometida con su tiempo, atenta a las voces nunca escuchadas.
Descendiente de la nobleza polaca, Elena Poniatowska nació en París el 19 de mayo de 1932; treinta y siete años después elegiría la nacionalidad mexicana. Comenzó a hacer periodismo a comienzo de los años cincuenta en varios periódicos y revistas de México, teniendo mucha resonancia sus entrevistas a Luis Buñuel, Octavio Paz y Jorge Luis Borges, entre muchas otras. En 1971 publicó un libro sobre la matanza de Tlatelolco –ocurrida tres años antes en la Plaza de las Tres Culturas, del Distrito Federal-, un texto armado con las voces grabadas de los sobrevivientes y familiares de las víctimas, valiéndose del montaje de fotografías y de discursos.
El primer recuerdo que tiene de su infancia está relacionado al arte: la música de Chopin. Ella tenía cinco años y escuchaba embelesada a su padre tocando las polonesas. Su padre la sentaba entre sus piernas y ponía sobre sus manos las manos de la niña y ella se creía una gran pianista. Desde esa época siente que la belleza tiene que ver con la alegría. A los veinte años cambió de teclado: pasó del piano a la máquina de escribir.
Elena Poniatowska se define como “una feminista por inclinación natural” capaz de una mirada cargada de sentido político. Por ejemplo, en “Querido Diego, te abraza Quiela” –una monumental biografía del pintor Diego Rivera-, desde la anécdota mínima se remonta a los grandes relatos políticos. Una escritura que rescata a las mujeres del olvido y lo marginal reponiéndola en un lugar protagónico de la historia, a contrapelo de los mitos patriarcales. Hay muchas mujeres en sus libros porque, dice: “en mi país las mujeres son hechas a un lado totalmente, son consideradas como secundarias, como que no tienen qué decir, y son admirables”.
Su pertenencia a una clase acomodada de tex blanco, no le impidió tener clara conciencia de las inusticias sociales, en su texto “Vida y muerte de Jesusa” –una novela dedicada a Jesusa Palancares, soldadera de la revolución mexicana-, dice, autobiográficamente: “En las tardes de los miércoles iba yo a ver a la Jesusa y en la noche, al llegar a casa, acompañaba a mi mamá a algún cóctel en alguna embajada. Siempre pretendí mantener el equilibrio entre la extrema pobreza que compartía en la vecindad de la Jesu, con el lucerío, el fasto de las recepciones. Mi socialismo era de dientes para afuera. Al meterme en la tina de agua bien caliente, recordaba la palangana bajo la cama en la que Jesusa enjuagaba los overoles y se bañaba ella misma los sábados. No se me ocurría sino pensar avergonzada: Ojalá ella jamás conozca mi casa, que nunca sepa cómo vivo yo. Cuando la conoció me dijo: No voy a regresar, no vayan a pensar que soy una limosnera”.
Elena Poniatowska ha escrito novelas, biografías, cuentos, testimonios, crónicas, además de haber hecho varios cortometrajes. Sus libros han sido traducidos a decenas de idiomas y ha obtenido numerosos premios importantes: Premio Nacional de Periodismo de México ; Premio Nacional de Literatura de México; Premio Rómulo Gallegos; Premio Biblioteca Breve 2011; Premio Alfaguara, y Premio Cervantes. También es conocida su afición por la fotografía.
Considera que para el periodista es indispensable saber fotografiar, tanto para las entrevistas como para las crónicas: “Como periodista he vivido la fotografía ligada íntimamente a la escritura, pero no sabría precisar si ésa es su relación, porque las novelas y los cuentos jamás llevan fotografía. Los reportajes sí, las crónicas sí, y como intento escribir en la forma más sencilla posible siento que las fotografías ayudan a comprender tal o cual frase. No es que ilustren, complementan”. Elena Poniatowksa tenía una relación amistosa con Juan Rulfo. En los años en que el autor de Pedro Páramo ejerció la fotografía, ella fue una de sus modelos: “Me tomó muchas fotos, como siete rollos o más, pero quién sabe dónde quedaron”.