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municipiosUn acuerdo permitirá utilizar la nave Dragon para mover el telescopio a una órbita más estable y extender su gran aporte a la comunidad científica.
01/11/2022 - 00:00hs
Si bien el Hubble se encuentra en buena forma, la llegada al espacio del telescopio James Webb parece haberlo jubilado del ojo público en forma prematura. Sin embargo, para tener una visión lo más complementaria posible de lo que ocurre ahí afuera, los científicos necesitan otros telescopios tanto en tierra como en el espacio. Entre ellos, el propio Hubble.
Por esa razón, ha suscitado un gran interés el anuncio de la firma de un acuerdo entre NASA y SpaceX, en colaboración con el programa Polaris. El proyecto incluye un estudio sobre la viabilidad de utilizar la nave Dragon para mover el telescopio Hubble a una órbita más estable y, de esa forma, otorgarle algunos años más de vida útil y extender su gran aporte a la comunidad científica. También estudiarán si las futuras misiones de SpaceX podrían dar servicio al Hubble, de la misma manera que lo hacían los astronautas antes de la retirada de los transbordadores espaciales.
El telescopio Hubble fue diseñado para ser visitado. Esto es, está colocado en una órbita cercana a la Tierra que ha permitido, entre 1993 y 2009, cinco puestas a punto. Cinco veces los astronautas se han subido a un transbordador espacial, han capturado el telescopio en el espacio y han arreglado sus problemas de óptica, reemplazado baterías, paneles solares, giroscopios, colocado nueva electrónica, e instalado instrumentos científicos de última generación.
En la misión SM4, la última a la fecha, los astronautas colocaron una pieza especial en el exterior del telescopio para que, cuando llegase el momento de apagarlo, una nave espacial pudiera subir, engancharse y guiar el telescopio a una reentrada segura a través de la atmósfera. Traerlo de vuelta intacto para conservarlo como una pieza de museo sería demasiado caro y al día de hoy inviable. La alternativa, que es dejarlo a su libre albedrío en el espacio, podría provocar una caída descontrolada en la Tierra, con el peligro de que lo haga encima de alguna o varias cabezas.
Las alternativas más viables, de acuerdo a los especialistas, son las siguientes: cuando Hubble termine su vida útil, habrá que convertirlo en un meteorito que surque los cielos de manera controlada antes de caer al océano, probablemente el Pacífico, que es más grande. O colocarlo en una órbita más alta donde se pueda apagar y dejar ahí sin peligro de reentradas o colisiones. Habrá que ver si el interés de los millonarios por el espacio le puede dar más años a esa joya de la comunidad astronómica, y del público en general, que es el Hubble. Todo parece indicar que se tomará una decisión en seis meses.