La coordinadora general del programa Salud Mental, Nancy Vadura, dialogó con diario Hoy sobre la atención psicológica que se les brinda a las personas afectadas por el coronavirus.
15/07/2021 - 00:00hs
El programa Salud Mental nació hace ya más de un año gracias a la decisión de ampliar la oferta sanitaria por parte de la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud. Inició un mes después de que el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires realizara un convenio con las Universidades nacionales y provinciales, dando paso a la creación de los Centros de Telemedicina Covid Universitarios (CeTeC-U).
Allí, las casas de altos estudios comenzaron a formar parte del proceso de seguimiento epidemiológico de casos sospechosos, estrechos y positivos de Covid-19. En relación al programa Salud Mental, dentro del CeTeC, la licenciada en Psicología y coordinadora de este espacio, Nancy Vadura, le comentó a diario Hoy: “Es un programa que consta de dos dispositivos. Uno es el de escucha, acompañamiento y derivación en salud mental. Este es un espacio que intenta ser una oferta sanitaria de un abordaje integral de la salud, donde nos ocupamos de escuchar ese sufrimiento singular y las formas en que aparece el malestar emocional, producto del contexto. Si los CeTeC se van a ocupar del seguimiento epidemiológico en términos orgánicos, nosotros acompañamos el malestar emocional de los usuarios. Es de escucha porque se centra en lo que el usuario tiene que decir, es de acompañamiento porque se da en un proceso y es de derivaciones porque en algún caso se puede dar que la situación sea de mayor complejidad y requiera de un dispositivo presencial. El segundo (dispositivo) busca, en el marco del programa, acompañar a los trabajadores de la salud en diversos lugares. Ellos al mismo tiempo están siendo afectados por la pandemia. Son dispositivos de reflexión grupal de forma presencial”.
Con el objetivo de que se transite la pandemia con el menor efecto subjetivo y de padecimiento posible, el dispositivo de escucha, acompañamiento y derivación, que se encuentra funcionando dentro de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, al principio contaba solamente con un aula y ahora ya tiene tres, de las cuales se generaron ocho islas, donde se encuentran los becarios y voluntarios. El grupo de trabajo aumentó considerablemente, siendo hasta la fecha 55 estudiantes avanzados de Psicología y recién graduados. La integrante del equipo técnico de la Dirección de Prevención y Promoción en salud mental y consumos problemáticos de la Subsecretaría y profesora de la Facultad de Psicología de la UNLP se refirió a los principales temas abordados por los usuarios y mencionó: “Es imposible pensar la situación Covid-19 en términos sencillos, es una problemática que necesita ser abordada en su complejidad. Es un cambio profundo en la forma de vida de la gente. Esto marca la agenda a futuro. Hay vías de acceso a dispositivos de salud mental para toda la Provincia más allá de la situación de pandemia. Lo primero que se vio trastocado fue la rutina de las personas, después apareció la pérdida de la certeza respecto a los proyectos y planes a futuro. Se agudizaron luego las problemáticas de la violencia y el consumo, fundamentalmente de alcohol. Con el agravamiento de la emergencia sanitaria se evidenció el impacto de las distintas pérdidas. La muerte como posibilidad propia empezó a ser muy real”.
Sobre el esquema de trabajo del programa, Vadura explicó: “Una vez que el usuario da cuenta de cómo se siente emocionalmente le consultan si quieren ser contactados por un dispositivo telefónico de escucha y acompañamiento. Ahí necesitamos su consentimiento, ya que es absolutamente necesario para nosotros. A partir de ahí trabajamos un poco con los emergentes que surgen del llamado. A diferencia de los CeTeC-U, donde hay un protocolo establecido, nosotros vemos lo que el usuario tiene para decir. Construimos durante el proceso, que puede durar varios llamados, alternativas a eso que lo hace padecer”.