La UNLP distinguió a los jueces del Juicio a las Juntas con el Doctorado Honoris Causa

La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata realizó un emotivo acto de reconocimiento en el que entregó el título de Doctor Honoris Causa a los jueces que llevaron adelante el histórico Juicio a las Juntas Militares en 1985.

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12/09/2025 - 00:00hs

En el emblemático Salón de los Espejos del edificio de la Reforma, la UNLP distinguió a los doctores León Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Alejandro Valerga Aráoz, y rindió homenaje póstumo a Andrés J. D’Alessio y Jorge Edwin Torlasco, también integrantes de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que juzgó a los responsables del terrorismo de Estado. La ceremonia estuvo encabezada por el presidente de la Universidad, Martín López Armengol, y el decano de Derecho, Miguel Berri, con la presencia del gobernador Axel Kicillof y el intendente Julio Alak.

Durante el acto, López Armengol destacó que se trató de “un acto de justicia, memoria y gratitud”. Subrayó que el Doctorado Honoris Causa es el máximo reconocimiento académico de la UNLP y que, en este caso, “representa un homenaje a la valentía, la integridad y el compromiso con la justicia y la democracia de quienes encabezaron uno de los procesos judiciales más trascendentales de la historia argentina”.

El titular de la Universidad recordó que la UNLP fue una de las instituciones más golpeadas por la dictadura, con más de 750 miembros de su comunidad víctimas de la represión ilegal. “Distinguir a los jueces del Juicio a las Juntas es reafirmar nuestro compromiso con la democracia, los derechos humanos, la verdad y la memoria”, afirmó.

López Armengol subrayó el carácter histórico del Juicio a las Juntas, que no solo condenó a los responsables de la represión ilegal, sino que constituyó un acto fundacional de la democracia argentina contemporánea. “Frente al poder, la violencia y la amenaza, la ley y la verdad pudieron prevalecer. La experiencia argentina fue pionera en el mundo y abrió el camino para procesos similares en América Latina y en otros países, convirtiéndose en un faro de justicia y memoria”, señaló.

Finalmente, advirtió sobre el desafío de mantener viva la memoria en tiempos de discursos negacionistas: “El legado de aquel juicio sigue vigente. Gracias a su labor, nuestro país dejó un precedente estudiado en el mundo como modelo de justicia democrática frente a los crímenes de Estado. Ese legado nos compromete hoy y siempre: nunca más dictaduras, nunca más impunidad, nunca más silencio”.

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