El estudio de una investigadora de la UNLP

¿Las chinches son amigas o enemigas de los cultivos de la región?

Una investigadora de la UNLP estudia los insectos que afectan la producción de frutas finas en el cinturón agrícola de la región para determinar cuáles son dañinos y cuáles pueden resultar beneficiosos para las plantaciones 

El control de las diversas plagas que afectan las plantaciones es un desafío trascendental para cualquier productor de frutas. En el área del gran La Plata, existen múltiples sembradíos y viveros donde crecen vegetales para consumo humano, que a su vez son potenciales fuentes de alimento para insectos. Una investigadora de la Universidad Nacional de La Plata busca determinar cuán perjudiciales pueden ser sus intromisiones.

Las frutas finas, como la frutilla, la frambuesa y los arándanos, presentan producciones intensivas en mano de obra y capital que generan alta rentabilidad en pequeñas superficies y son movilizadoras de las economías locales. Para la doctora Gimena Dellapé, investigadora de la División de Entomología del Museo de La Plata y del Conicet, es crucial realizar una división en especies perjudiciales o benéficas entre la diversidad de chinches asociadas a estas frutas.

Para determinarlo, Dellapé trabaja relevando datos en diversos cultivos ubicados en el Parque Pereyra Iraola y las localidades de Etcheverry y Bavio. Con esta investigación, espera determinar “el nivel de daño causado por las chinches fitófagas (que comen plantas) en flores y frutos” y  “establecer qué especie de chinche omnívora o depredadora podría resultar benéfica y candidata para ser utilizada en control biológico”, como una alternativa al uso intensivo de pesticidas u otros productos químicos.

Las fitófagas, dependiendo de la especie, comen durante todo el ciclo de crecimiento de la planta, desde la etapa vegetativa, pasando por la floración, hasta que madura el fruto. Así como con otras plagas, el impacto económico ocasionado por las chinches es muy relevante para el esquema productivo de la región. Además, se ha registrado la presencia de varias especies asociadas a cultivos de frutas finas que también actúan como plagas en otro tipo de plantación, como por ejemplo en producciones hortícolas, leguminosas, algodón y soja.

Pero algunas chinches omnívoras o zoofitófagas pueden ser beneficiosas, y “una de las principales especies estudiadas en la Argentina es  la Orius insidiosus, utilizada como agente de control biológico de trips”, que son pequeños insectos de color oscuro que se alimentan de todo tipo de vegetales, “y de otros artrópodos que se presentan a modo de plaga como ácaros, pulgones y moscas blancas en cultivos de frutilla”, concluyó la especialista.

Se conocen más de 42.000 especies de chinches en el mundo, de las cuales alrededor de 2.000 hay en la Argentina. Dellapé intenta poner luz sobre sus hábitos alimenticios, para llevar tranquilidad a los productores regionales.

Noticias Relacionadas