María Moreno y la historia del Petiso Orejudo

La primera versión del libro, María Moreno la escribió hace más de cuarenta años. La llevó a La Opinión, pero Tomás Eloy Martínez se la devolvió diciendo que el director del diario, Jacobo Timerman, la había rechazado por “subversiva”.

María Moreno comienza la investigación leyendo en Tribunales el legajo de Cayetano Santos Godino, alias “El Petiso Orejudo”. Hijo de inmigrantes, analfabeto, sin oficio conocido; a los 7 años llevó engañada a un baldío a su primera víctima, de 2 años, y allí lo golpeó para luego arrojarlo sobre un montón de espinas. A partir de allí se sucedió un periplo de crímenes sobre los que convergerían la sociología, la psiquiatría, el derecho penal y la investigación policial, tratando de encontrar el siempre elusivo porqué.

Pero la autora no se encierra tras la pared de datos que fue apilando uno sobre otro, sino que echa a mano a todos los recursos expresivos, incluyendo la poesía, como manera de alumbrar lo más hondo e inasible.

Se interna en las profundidades de esa personalidad oscura no fácil de sospechar detrás de ese personaje de 1,53 metros de altura, grandes orejas en pantalla, voz de pito y cara lisa de mujer, que caminaba cabeza gacha “pegado a la pared como si quisiera ser el Hombre Invisible”. Un ícono de la criminología argentina, contado con inusual rigor y talento narrativo.