Otro pitbull atacó a un nene
Esta semana, en un fallo inédito, condenaron a ocho años de cárcel al dueño de un pitbull que mordió y mató a un nene en 2014. Ayer, Lucas, otro niño fue víctima de un perro de esta raza. El nuevo ataque ocurrió en el barrio porteño de Caballito, a metros de un colegio ubicado sobre la calle Bacacay.
“Iba de la mano conmigo. Yo tengo otro hijo, un bebé, que lo tenía a upa. La mujer, que vive a tres casas del colegio, abrió la puerta. El perro salió como loco y se le tiró encima a Lucas”, detalló Florencia, la madre del nene. “No sé cómo hice, pero logré sacarle el perro de encima y fui al colegio a pedir ayuda. Ahí me asistieron”, continuó.
Según el relato de la mujer, el pitbull “fue directo” a la cara del nene, que ahora tiene una marca y dos cortes alrededor de un ojo. Respecto a la reacción del dueño del perro - un joven de 22 años - dijo que la asistió, la llamó y se mostró preocupado porque él también tiene una hermana chiquita.
Detención del dueño del caso precedente
Tras la condena del caso precedente, la fiscalía de juicio de La Plata pidió la detención del propietario del pitbull asesino, ahora condenado porque el animal mató a un nene de 2 años, en el 2014, en la localidad bonaerense de Alejandro Korn.
Horacio González, de 49 años, fue condenado el lunes por el Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata a 8 años de prisión por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”, sentencia que aún no está firme, por lo que el hombre está en libertad. En las últimas horas, la fiscal de juicio platense Claudia Cendoya pidió la detención del hombre porque el monto de la pena impuesta así lo amerita.
En el fallo, dos de los jueces sostuvieron que González “introdujo un riesgo jurídicamente desaprobado, generador de una situación de singular peligro de lesión para los bienes jurídicos de terceros que se concretó en el mortal resultado sufrido por el pequeño”.
Para que una persona pueda ser castigada penalmente -dice la sentencia- por no evitar un resultado es necesario que el sujeto tenga, respecto de los bienes jurídicos, una posición de garante. Agregaron que la tenencia de un animal de una raza peligrosa “impone a su titular un deber de controlar esa fuente de peligro que opera en el propio ámbito de dominio”.
“González no sólo ha incumplido genéricamente con ese deber de control de una fuente de peligro, sino que configuró una específica situación de peligro (perro de una raza peligrosa atado con una soga larga en un lugar de acceso público en el que solían jugar niños y sin que se le colocara bozal)”, afirmaron en el fallo.
Los jueces le fijaron el mínimo de la pena prevista para un homicidio simple por considerar como atenuante la carencia de antecedentes penales de González y, como agravante, el hecho de que “resultara muerto un niño de tan solo 2 años, lo que comporta un mayor contenido objetivo de injusto”.
El Tribunal entendió que la muerte del niño “no fue la consecuencia de un descuido momentáneo” de González “sino el corolario de una situación de peligro consciente que venía desarrollando desde tiempo atrás al hecho”.
El juez Bruni se inclinó por encuadrarlo en “homicidio culposo” porque el “imputado advirtió la posibilidad de producción del resultado, por eso tomó cierto resguardo, aunque de manera insuficiente. En definitiva, negligentemente”.