La doctora Vera Alejandra Álvarez está a cargo del equipo que elaboró un producto para inactivar el virus pandémico en diferentes superficies.
La doctora Vera Alejandra Álvarez, referente del Conicet en Mar del Plata, resultó galardonada con el premio L’Oreal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”, que busca promover la participación de las mujeres dentro del ámbito científico.
Diario Hoy dialogó con la investigadora y vicedirectora del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales, en donde dirige el Grupo de Materiales Compuestos Termoplásticos.
—¿Qué representa en su carrera haber recibido este premio?
—Por un lado, es una alegría porque significa que estamos haciendo algo bien. Este premio es por un proyecto, se está premiando a todo un equipo y al valor que tiene este trabajo. Por otro lado, valoriza el trabajo de las mujeres científicas y tecnológicas en nuestro país y en el mundo, porque este premio se otorga en otros países.
—¿Cómo es la carrera de una mujer en las ciencias?
—Desde que somos chicas estamos educadas sabiendo que los varones son mejores en matemáticas o químicas y nosotras no, hay un contexto social que no resulta favorable. Además, hay carreras que en origen las eligen los varones. Otra cuestión es que en la Argentina, si bien hay un alto porcentaje de mujeres dedicadas a la ciencia, son pocas las que están en los cargos altos o los puestos de tomas de decisión, esto se replica en otros ámbitos como en la educación, donde hay muchas mujeres pero los rectores de las universidades son la mayoría hombres.
—¿Cómo son las relaciones de género en la ciencia? ¿Qué pasa con la incorporación de las jóvenes estudiantes a los proyectos?
—Tenemos un problema y es que, muchas veces, las mujeres que llegan son más machistas que los hombres. Creen que llegó por mérito individual y no por cuestión de género. En mi equipo somos siete mujeres y un varón, pero es importante rescatar que los mejores equipos son los que incluyen tanto hombres como mujeres con diferentes experiencias, de ahí salen las mejores ideas.
—Tiene hijas muy pequeñas, ¿cómo se maneja ese doble rol de madre y científica?
—A nivel global se vio que, durante la pandemia, las mujeres subieron un 50% menos de publicaciones científicas que los varones. Es una gran caída. En mi caso, con mi compañero compartimos las tareas de cuidado y las responsabilidades; fuera de pandemia, muchas veces debo viajar a otras ciudades y tengo el apoyo familiar. Pero lo cierto es que a muchas mujeres les genera un obstáculo, no solo en la carrera científica, sino en todos los ámbitos.
—¿De qué se trata el proyecto por el que fue reconocida con este premio?
—Se trata del desarrollo de materiales que tienen la capacidad de inactivar a la Covid-19. Cuando el virus entra en contacto con este material, ni se reproduce ni se contagia. Uno de los objetivos es sumarlo al proceso de fabricación de las telas para que sea antiviral, y la otra es un spray que se aplica en distintas superficies, tipo recubrimiento, la idea es que en menos de dos meses ya esté disponible en el mercado. No es un desinfectante, es un preventivo que hace una película protectora, y, aunque esté el virus, está inactivo.