Un equipo de investigadores de Australia, Canadá y los Estados Unidos acaba de estudiar en profundidad unas enigmáticas estructuras rocosas de alta densidad llamadas “Zonas de Ultra Baja Velocidad”.
Durante años y años, una serie de extrañas formaciones subterráneas cercanas al núcleo de la Tierra ha obsesionado a los geólogos de todo el mundo. Ahí abajo, a miles de kilómetros de profundidad, existen lugares en los que la velocidad de las ondas sísmicas se reduce drásticamente. Esas enigmáticas masas de roca más densa que todo el resto del planeta son llamadas ULVZ, es decir, “Zonas de Ultra Baja Velocidad”. ¿Forman parte de nuestro planeta desde el principio o se trata de fragmentos de mundos alienígenas que chocaron contra el nuestro? Ahora, un equipo de investigadores de las universidades de Australia, Canadá y los Estados Unidos acaba de revelar algunos de sus secretos.
Estas zonas están hechas de un material diferente por completo al de su entorno y se han mantenido prácticamente sin cambios durante miles de millones de años, lo que sugiere que podría tratarse de restos enterrados de la Tierra primitiva. El equipo, dirigido por el geofísico Surya Pachhai, de la Universidad de Utah, se centró en las ULVZ localizadas bajo el Mar del Coral, entre Australia y Nueva Zelanda. Los terremotos son comunes en esa región, y con frecuencia envían ondas sísmicas a través del límite entre el núcleo y el manto, lo que la convierte en un lugar ideal para estudiarlas.
“Durante mucho tiempo, nadie sabía con certeza de qué estaban compuestos estos misteriosos ULVZ, dice Hrvoje Tkalcic, de la Universidad Nacional Australiana (ANU). “Ahora hemos desarrollado la imagen más clara hasta el momento. Utilizando los avances en sismología y geofísica matemática realizados en ANU, hemos demostrado que las ULVZ están formadas por capas. Durante miles de millones de años de formación y remodelación de la Tierra, estas zonas han sido agitadas cerca del núcleo terrestre, pero en gran parte permanecieron intactas. Es como un huevo en un pastel, que no se mezcla con el resto de los ingredientes y permanece como un todo, con su yema y su clara, a pesar de la mezcla constante a su alrededor”.