CIENCIA

El Conicet demostró el impacto de los perros sueltos sobre la fauna silvestre

La entidad asegura que los perros sin supervisión afectan de forma negativa al menos a 80 especies distintas de animales.

Un grupo de investigadores del Conicet publicó un estudio que demuestra la forma en la que los perros sueltos, es decir sin supervisión, afectan a la fauna silvestre argentina. El relevamiento sobre este tópico se viene llevando a cabo desde el 2019. De esta manera, confirmaron que perjudican a al menos 80 especies diferentes de animales, estando presente este impacto en todas las ecorregiones del país.

La investigación, publicada en una importante revista internacional, se basó en una encuesta a más de mil personas donde el 68% vio al menos una vez a perros sueltos atacando a fauna silvestre. El 7% de esas especies perjudicadas, entre las que están el huemul, el pudú, la taruca, los flamencos, los pingüinos, el huillín, las corzuelas y los cauquenes, se encuentran amenazadas de extinción a nivel nacional.

Al mismo tiempo, advirtieron que solo el 30% de las interacciones del perro con la fauna llegan a ser observados por la gente, por lo que la amenaza puede ser aún más grave de lo revelado en las encuestas. Entre las principales causas negativas que produce el animal sobre la fauna están el estrés y el miedo, además de afectar de forma directa al número de población por la caza. Sumado a esto, la posibilidad de transmitir diversas enfermedades se mantiene constantemente, ya que no hay conocimiento sobre el estado de salud de los perros la mayoría de las veces.

“En este estudio encontramos que el 60% de los argentinos tienen al menos un perro y muchos de ellos circulan libremente en algún momento del día. Esto es preocupante ya que se sabe que un perro suelto sin supervisión puede recorrer hasta 30 kilómetros en un día. Es por ello que una de las primeras acciones que se pueden implementar para reducir el impacto de esta problemática es practicar la tenencia responsable de nuestros animales de compañía. Esto significa, entre otras cosas: vacunar y desparasitar regularmente; esterilizar para disminuir el número de crías; mantener al animal doméstico dentro del terreno o casa y si se los saca a pasear, hacerlo con correa, en sitios permitidos y recoger los excrementos”, comentó la líder de la investigación, Lucía Zamora.

El impacto de los perros sueltos en la fauna silvestre puede ser mayor, según indica el estudio, en áreas donde los asentamientos humanos están cerca de áreas naturales protegidas. En estos espacios no está permitido el ingreso de perros a excepción de que sean guías o lazarillos, ya que son lugares destinados a la conservación de las especies y sus ambientes naturales. A pesar de esto, la investigación reveló que en el 75% de 240 áreas protegidas visitadas por los encuestados se observaron perros sueltos, sin supervisión. Además, el 62% de las personas presenció al menos un evento de caza o persecución de fauna silvestre. Esto da a entender que el problema del perro está ampliamente presente en ambientes naturales que deberían proteger especies de alto valor de conservación.

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