Revelan nuevos misterios del déjà vu

Un reciente descubrimiento científico podría haber encontrado la respuesta del misterioso funcionamiento de los déjà vu, fenómeno cuya explicación nunca fue del todo clara para los investigadores. 

Akira O’Connor, neurocientífico británico, seleccionó un grupo de voluntarios a quienes hizo escuchar reiteradamente palabras como “sueño”, “cama” o “almohada”. Luego, cuando se les preguntó a estas personas si habían oído algún término que comenzara con la letra “d”, varios participantes dijeron que sí refiriéndose al término “dormir”. Por supuesto, en la cinta no sonó en ningún momento esa palabra. 

La actividad cerebral de los voluntarios, que estaba siendo monitorizada, demostró que las zonas más activas durante el interrogatorio no se relacionaban con la memoria sino con el área de la toma de decisiones, activada al encontrar algún “error”. 

Según las conclusiones extraídas por O’Connor y su equipo, la sensación de confusión que les sobrevino al buscar la palabra es idéntica al efecto que causa en nosotros el déjà vu. Esa sensación de “haber vivido antes” una situación, por tanto, no es más que la activación de un dispositivo de alerta que no tiene los suficientes datos para saber si lo que estamos viviendo es un recuerdo auténtico o uno falso, autogenerado. Es, digamos, un protocolo de la sospecha, así que cuanto mayor sea nuestra capacidad para dudar de un recuerdo, más posibilidades hay de vivir un déjà vu.

El descubrimiento ha despertado una nueva pista sobre la razón detrás de la llamada paramnesia. Las versiones más extendidas para explicarla se centraban en la creación de falsos recuerdos y no con la toma activa de decisiones en la zona frontal de nuestro cerebro. Este nuevo experimento arroja dudas sobre una situación de la vida cotidiana que nos deja perplejos una y otra vez. 

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