Los vecinos de San Carlos se organizaron para erradicar los basurales y promover hábitos
sostenibles. Con jornadas de limpieza, talleres ambientales y diálogo con las autoridades, buscan construir un barrio más limpio, saludable y comprometido con el cuidado del medio ambiente.
La problemática de los basurales en el barrio San Carlos se volvió una preocupación constante para los vecinos, que decidieron pasar de la queja a la acción. Ante la acumulación de residuos en veredas, esquinas y terrenos baldíos, los habitantes se unieron para encarar una campaña comunitaria que promueve la limpieza, la educación ambiental y la participación ciudadana.
La acumulación de basura no solo afecta la estética del barrio, sino que también pone en riesgo la salud de las personas y el equilibrio ambiental. Los residuos favorecen la proliferación de roedores e insectos, generan malos olores y contaminan el suelo y las napas de agua. Conscientes de esta realidad, los vecinos comenzaron a organizarse a través de redes sociales y reuniones presenciales para dar una respuesta colectiva al problema.
En las últimas semanas llevaron adelante jornadas de limpieza en distintos sectores, durante las cuales recolectaron toneladas de basura y residuos voluminosos. También instalaron carteles informativos en puntos estratégicos y distribuyeron folletos de concientización para fomentar la disposición responsable de los desechos. La consigna es clara: mantener el barrio limpio es tarea de todos.
Pero la iniciativa va más allá de una simple acción de limpieza. Los organizadores buscan promover un cambio de conciencia y construir una comunidad más comprometida con el cuidado ambiental. Para ello, impulsaron talleres de reciclado, compostaje y separación de residuos en origen, además de campañas para reducir el uso de plásticos y fomentar el consumo responsable.
Otro eje clave es la prevención de nuevos basurales. Por eso, los vecinos conformaron un sistema de vigilancia comunitaria que permite alertar sobre puntos críticos y denunciar a quienes arrojen residuos en lugares indebidos.
Al mismo tiempo, las agrupaciones vecinales mantuvieron reuniones con representantes del municipio para solicitar la instalación de más contenedores, mejorar la frecuencia de recolección y fortalecer las políticas de gestión integral de residuos. Desde la comuna, destacaron el compromiso ciudadano y se comprometieron a acompañar las acciones con recursos y asesoramiento técnico.
La experiencia de San Carlos se convirtió en un ejemplo inspirador de organización vecinal, donde la colaboración entre los ciudadanos y el Estado demuestra que el cambio es posible. Con trabajo conjunto, conciencia ambiental y responsabilidad compartida, los vecinos buscan construir un entorno más limpio, saludable y sostenible para las generaciones futuras.