El impacto se siente con fuerza en el denominado Grupo 1 de la segmentación tarifaria.
El gobierno nacional ya anticipó que le sacará punta al lápiz para definir cómo la fuerte devaluación del peso impactará en las tarifas del sector energético. En este artículo analizaremos cuál es escenario que existe tanto en el servicio eléctrico, como en el del gas natural, para tratar de comprender qué se puede esperar que suceda con las boletas de los servicios.
Tal como sucedió con el último aumento que se dio desde el gobierno nacional sobre el precio de base de la energía eléctrica, que luego fue trasladado por todas las distribuidoras del país a las tarifas, el impacto se siente con fuerza en el denominado Grupo 1 de la segmentación tarifaria.
En este Grupo 1 se encuentran tanto los usuarios que por su nivel de ingresos o patrimonio quedaron excluidos (en la región deben tener ingresos por más de 920.500 pesos mensuales), pero también forman este universo que es de casi el 35% del total de usuarios todas aquellas personas que no se inscribieron en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
Desde la última suba de las tarifas, este sector de usuarios viene teniendo un impacto directo ya que se retiraron todos los subsidios y el traspaso de los aumentos es directo.
Estas subas también inciden en los usuarios del grupo intermedio (pero denominado Grupo 3) ya que cuentan con un tope para el consumo con subsidios. En el caso de la energía eléctrica ese tope es para esta época del año de 400 kWh por mes, y en el caso del gas natural depende de un prorrateo realizado de forma variable en cada subzona del país, que según el gobierno representa una cobertura con subsidios del 70% del consumo normal para cada región.