Durante su carrera política,
el expresidente fue autor de algunas de las afirmaciones más recordadas por los argentinos. Aquí, un repaso de sus dichos más famosos.
A lo largo de su carrera política, Carlos Menem demostró una gran capacidad para trascender más allá de la esfera política. Sin dudas, fue uno de los presidentes más carismáticos de la historia argentina y, más allá de su paso por el poder o su roce con estrellas del deporte y el espectáculo, el exfuncionario también será recordado por ser el artífice de algunas de las frases más recordadas por los argentinos.
Repasar sus dichos no solo permite comprender la personalidad y el tipo de liderazgo de Menem, sino también entender los pormenores de una época en la que el país atravesó algunas de sus transformaciones socioeconómicas más profundas.
“¡Síganme, no los voy a defraudar!”: desde 1988, Menem apeló a este latiguillo para cerrar sus campañas, en las que prometía un “salariazo” y “revolución productiva”.
“Estamos mal pero vamos bien”: la primera vez que esbozó esta oración fue en 1990, con una economía afectada por la hiperinflación que ya había sometido al Gobierno de Alfonsín. También la utilizó después de confiscar los ahorros del Plan Bonex, una estrategia económica impulsada en 1989 que consistía en el canje de depósitos a plazo fijo por títulos públicos denominados “Bonex 89”.
“Voy a gobernar por los niños pobres que tienen hambre y por los niños ricos que tienen tristeza”: durante su campaña presidencial del ‘89, Menem utilizaba esta frase para definir el foco que tendrían sus políticas.
“Se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual, desde una plataforma que quizá se instale en Córdoba, esas naves espaciales se van a remontar a la estratósfera y desde ahí elegir el lugar adonde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podamos estar desde Argentina en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo. Y por supuesto, los vuelos hacia otros planetas, el día que se detecte, de que en otros planetas también hay vida”: este será, sin dudas, uno de los dichos más recordados del exgobernador riojano. Esta frase tuvo lugar el 5 de marzo de 1996, durante la inauguración del ciclo escolar en una escuela rural de Tartagal, en Salta.
“No se sabe cuánto tiempo pasará, y cuánta sangre se derramará, pero nuestro territorio (Malvinas) volverá al pueblo”, aseguraba Menem durante su visita a Tierra del Fuego el 14 de febrero de 1989. Un año después se retomaron las relaciones con Reino Unido, cortadas desde la guerra de 1982, y se impulsó la política del “paraguas de soberanía”, una declaración conjunta que permitía a ambos países discutir asuntos vinculados al Atlántico Sur, sin que esto significara una renuncia al reclamo soberano sobre las islas.
“Ramal que para, ramal que cierra”: su amenaza a los gremios ferroviarios en noviembre de 1990, cuando estaba a punto de privatizar el servicio.
“En 1995 vamos a ir allí a pasear en barco, a tomar mate, a bañarnos y a pescar”, afirmaba en referencia a la política de
saneamiento del Riachuelo, que hoy en día sigue siendo el curso de agua más contaminado del país.