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Por las calles de la capital francesa se entremezclan las esencias y los aromas más exclusivos del mundo.
02/02/2021 - 00:00hs
La ciudad en cuestión enamora y sirvió de inspiración a muchos escritores. París es uno de los lugares más visitados del mundo. Los museos, la torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Louvre y el río Sena son solo algunas de las paradas obligadas que forman parte de su encanto.
Todo tiene su belleza y su aroma. No podemos dejar de mencionar a esta capital como la cuna del perfume, donde hay cientos de negocios y las firmas más reconocidas. Además, están los perfumistas privados con sus marcas conocidas solo por los parisinos como también las fragancias personalizadas, a gusto del cliente.
Una huella, dejarse llevar por esencias únicas y exclusivas. Nada importa cuando se encuentra ese olor que nos lleva a recuerdos y a emociones que no podemos describir con palabras. Es una caricia al alma y nos acompaña en esos momentos que nosotros decidimos tenerlo presente. Están en el aire y tienen algo mágico.
Francia se convirtió en la cuna del perfume a partir del siglo XVIII. Específicamente, en Grasse, localidad situada en el departamento de Alpes-Marítimos y tierra proveedora de la materia prima para las esencias gracias a un importante cultivo de flores como las rosas, jazmines, lavandas, nardos, violetas y otras de diferentes regiones del mundo.
Para los amantes de los elixires olfativos el objetivo de un perfume personalizado es la autenticidad y evitar oler a un perfume de moda o de alta costura. En París se encuentran los maestros, que crean aromas como los músicos hacen sus canciones. Son artistas, creadores y artífices de que París se mantenga bella y encantadora.
“Encontrar el perfume ideal es un arte y requiere experiencia, técnica y conocimientos. A través de una aplicación con un sencillo cuestionario y en apenas 3 minutos descubrimos el perfil olfativo del cliente, lo cual, unido a nuestra experiencia, nos permite ofrecerle la posibilidad de encontrar su perfume ideal”, explicó Marta Tamayo, dueña de “Le Secret du Marais”, local que lleva el nombre de un barrio de París donde vivía la mujer.
Quien visite París puede acercarse a algunos de los famosos locales creadores de sus propios perfumes y vivir la experiencia de pedir el aroma de sus sueños. Por ejemplo, en L’Artisan Parfumeur, fundada en 1976 por el químico Jean Laporte, por el costo aproximado de 400 euros el visitante podrá crear su perfume en tres horas y media. Por supuesto que todo supervisado por un experto que dispone cada uno de los pasos a seguir y previo a una prueba donde la persona conoce diferentes familias olfativas.