Estados Unidos, India, Japón, Rusia, Corea del Sur, Emiratos Árabes y varias empresas privadas enviarán a nuestro satélite natural al menos una misión en los próximos meses.
Todo parece indicar que 2022 será el año de la Luna. Tanto las agencias espaciales de seis países (Estados Unidos, India, Japón, Rusia, Corea del Sur y Emiratos Árabes) como varias empresas privadas enviarán al satélite natural de nuestro planeta al menos una misión en los próximos meses. Se trata de una serie de envíos sin tripulación que, en su mayoría, tienen como objetivo la prueba de capacidades tecnológicas, desarrollar el “músculo” que permita en un futuro un asentamiento humano lunar prolongado y sostenible. Allí se podrían explotar recursos minerales y, sobre todo, dar el primer salto para la conquista de Marte.
En el año 2025, el ambicioso programa Artemis de la NASA planea llevar seres humanos de nuevo a la Luna. Entre ellos, la primera mujer que deje su huella en el satélite. Pero antes de que eso ocurra, será necesario realizar una serie de pruebas. La primera, llamada Artemis I, se lanzará en marzo desde el Centro Espacial Kennedy. A falta de un héroe humano, en el asiento del comandante viajará un “moonikin” (del inglés “Luna” y “maniquí”), un muñeco realista que probará el traje espacial que utilizarán los futuros astronautas del programa durante algunos momentos claves. Artemis 1 ensayará la trayectoria que en 2024 llevará a cabo Artemis 2, entonces con tripulación real. Y se espera que Artemis 3 logre el alunizaje un año más tarde.
Otro proyecto que recibirá la atención mundial es el de Rusia, que lleva 45 años sin posar nada en el satélite. En julio lanzará Luna 25, con un aterrizador de cuatro patas destinado al estudio del polo sur, una zona de gran interés científico “porque se cree que tiene grandes reservas de agua helada y puede ser el lugar donde se establezcan futuras colonias habitadas”. El ingenio de Roscosmos analizará la composición del regolito polar y los componentes de plasma y polvo de la exósfera, la atmósfera lunar. Un mes después le seguirá Pathfinder, un orbitador de Corea del Sur para ayudar a planificar futuras misiones a los polos lunares.
La India quiere resarcirse del fracaso de su primer intento de alunizaje. En septiembre de 2019, Vikram, el aterrizador que viajó junto a un orbitador en la misión Chandrayaan-2, se estrelló en el polo sur lunar aparentemente a causa de un fallo de último minuto cuando intentaba realizar un aterrizaje suave. La sonda, perdida durante dos meses, contenía un pequeño róver que quedó igualmente destrozado e India no pudo alcanzar su sueño de convertirse en la cuarta potencia en colocar un artefacto en la Luna. Chandrayaan-3 volverá a intentarlo en el tercer trimestre de este año.
Pero India puede ser adelantada por Japón y Emiratos Árabes Unidos. La Agencia Espacial Japonesa (JAXA) se estrenará en abril con el pequeño aterrizador SLIM. En la segunda mitad del año, una compañía aeroespacial japonesa llamada iSpace llevará dos róvers en la Misión 1 (M1), como parte del programa comercial Hakuto-R: uno de dos ruedas construido por JAXA para explorar la superficie lunar y otro emiratí, Rashid, de cuatro ruedas, que será el primero de su tipo en el mundo árabe.