Ana Frank es conocida mundialmente por un diario que escribió no con el fin de publicarlo sino de contar lo que le estaba pasando en los años del nazismo.
Cuando Anna Frank cumplió los 13 años –el 12 de junio de 1942- le regalaron un diario, porque sabían de su sueño de ser escritora. Lo que podría ser el registro del crecimiento de una adolescente, se transformó en la prueba del horror que el nazismo fue instalando en Holanda. En noviembre de 1942, Ana Frank anotó: “Podríamos cerrar los ojos ante toda esta miseria, pero pensamos en los que nos eran queridos, y para los cuales tememos lo peor, sin poder socorrerlos. En mi cama bien abrigada me siento menos que nada cuando pienso en las amigas que más quería, arrancadas de sus hogares y caídas a este infierno”.
La mujer que mantuvo ocultos a los Frank, Miep Gies, publicó un libro titulado Mis recuerdos de Anna Frank. Allí se cuenta que Otto Frank –el padre de Anna, abandonó Alemania en 1933 cuando Adolf Hitler fue nombrado Canciller del Reich-, y que ella fue su secretaria en los años que vivieron en Holanda. Describe a Anna como una chica que pasaba todo su tiempo leyendo y escribiendo su diario –cuya última anotación es del 1 de agosto de 1944-.