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culturaDe acuerdo al relevamiento, la mitad de los menores de 6 años sufre alteraciones en la alimentación y el 42% padece trastornos del sueño.
01/12/2021 - 00:00hs
Realizada entre el 8 de octubre y el 3 de noviembre pasado, la “5ta Encuesta Rápida de Impacto por Covid” realizada por Unicef Argentina muestra que persiste un impacto negativo de la pandemia y su consecuente aislamiento en la primera infancia. Entre los resultados más notables, el relevamiento señala que la mitad de los menores de 6 años sufre alteraciones en la alimentación por esa causa.
Asimismo, el 42% de las niñas y niños de esa edad padece alteraciones con el sueño y uno de cada cuatro menores también manifiesta problemas de comunicación. Estos datos, apunta el organismo, son superiores a los que se relevaron en octubre de 2020, que ubicaba los porcentajes en 43, 42 y 15%, respectivamente.
“La primera infancia es el grupo poblacional que registra más dificultades de recuperación frente a los efectos de la Covid-19”, dijo Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina. Y agregó: “La mayor vulnerabilidad se evidencia desde el nacimiento y hasta los 6 años, aun más en hogares vulnerables y con jefatura femenina”. Pese a que el momento epidemiológico permite más flexibilidad en los mecanismos de prevención y habilita, por ejemplo, actividades educativas y recreativas presenciales, hay secuelas que persisten como “manifestaciones de estrés, situaciones de cuidado inadecuado, deterioro en la economía del hogar y en la alimentación”.
El sondeo, que se realizó en hogares con niños, niñas y adolescentes del país, muestra un significativo aumento en las formas inadecuadas de cuidado de los más pequeños, ya que un 8% de ellos se queda a cargo de un hermano o hermana menor de 18 años y el 12% queda solo, esta cifra duplica la que se registraba en octubre de 2020.
El informe mostró, por otro lado, una mejora en la situación de los adolescentes. Más del 90% de los jóvenes entrevistados para el sondeo manifestó “estar contento de volver a la escuela y de reencontrarse con sus compañeros”, mientras que el 84% está más motivado para el estudio. Otro factor que incidía en los y las adolescentes era el miedo al contagio. Sin embargo, esta percepción bajó fuertemente entre mayo y octubre últimos (del 41 al 19%), al igual que las “percepciones de depresión, angustia y miedo”.
Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Derechos de Unicef, señala que la investigación también indagó sobre la situación del trabajo, ingresos y endeudamiento de las familias con niños, niñas y adolescentes, además de las transferencias sociales que reciben estos hogares. De acuerdo con los resultados, un 50% de las personas adultas vivió alguna situación de inestabilidad laboral desde el inicio de la pandemia, porcentaje que aumenta al 60% cuando el análisis se centra en las mujeres. A raíz de esta situación, el 62% de estos hogares se enfrenta a reducciones en sus ingresos.
“Es el porcentaje más elevado de la serie que comenzó a medirse en abril de 2020. Además, este indicador muestra fuertes desigualdades: aumenta al 84% en situaciones de mayor vulnerabilidad y al 71% en hogares numerosos”, indicó Waisgrais.