Familiares y amigos acompañarán la protesta el miércoles y temen que este hombre, damnificado por la obra social, pueda atentar contra su vida.
Una vez más, la obra social IOMA es epicentro de reclamos y protestas. Ahora, en el comienzo de la segunda quincena del mes de julio, debido a una serie de actos que se anuncian frente al edificio de calle 46 entre 12 y 13.
Uno de ellos tendrá como protagonista a un vecino del barrio San Carlos, quien desde hace más de dos años viene reclamando por una silla de ruedas especial para poder movilizarse.
Se trata de Osvaldo Cellario, quien recibió el apoyo de amigos y familiares en su casa del barrio San Carlos, en la calle 141 entre 45 y 46. Desde allí, sumido en la impotencia por la falta de respuestas, adelantó que el próximo miércoles se presentará una vez más en la puerta del edificio de IOMA. En el caso de no obtener una respuesta a su pedido ya aclaró que se encuentra “dispuesto a todo”.
“Acá se juntaron varias cosas.... Desde el 2019 se tramitó la silla de ruedas común, manual. Recién en enero del 2021 le entregaron una silla de ruedas que no le servía para su discapacidad. Ellos mismos querían modificarla, cortarla acá, allá y ver cómo le quedaba. El paciente le dijo que no la quería así, les pidió que consiguieran una marca Jery. Aludiendo que esa silla es más cara que la que le trajeron, querían llevarse el almohadón y la silla para baño, Osvaldo les dijo que no, que si se la llevaban se quedaba sin poder ir al baño o poder bañarse, y que el almohadón le quedaba bien. Les dijo que iba a hacer una nota diciéndole a IOMA que se le pagarán esas dos cosas y que le diera la licitación a otra ortopedia”, comentó Pablo, uno de los amigos de este hombre, que sigue esperando el llamado de la obra social en el barrio San Carlos.
“Hace una semana nos confirmaron que la ortopedia cobró esa silla de ruedas, y que supuestamente la tiene en el taller para entregar. Pero esa silla de ruedas no le sirve. Desde abril 2020 está en trámite una silla de ruedas motorizada que IOMA negó dos veces, y que por recurso de amparo, la justicia avaló que se le entregue. Pero IOMA insiste en darle una más barata. La casa de ortopedia que presentó presupuesto por una de menor costo, es casualmente la misma que cobro la silla común”, expresaron desde el entorno del paciente.
Los familiares temen que el afiliado pueda atentar contra su vida, el miércoles en la puerta de IOMA, si no le dan una respuesta.